Como bien indica su nombre, Villaviciosa es tierra fértil y abundante, y a veces sorprende con exuberantes productos como los que acaba de cosechar en Llavares (Amandi) Heber Arenas Franco, aficionado a experimentar con hortalizas que son de auténtico récord en Asturias. Entre los extraordinarios frutos que acaba de recoger figuran un calabacín Marrow gigante de 28 kilos y una sandía de competición de 19 kilos que presentó esta semana en el Concurso Internacional de Hortalizas Gigantes de Valtierra en Navarra. Su sandía consiguió el segundo puesto a sólo un kilo de diferencia del ganador. “La satisfacción de estar en el concurso de Valtierra fue enorme para mí y otra satisfacción aún mayor conseguir el segundo premio. Ha sido una gran experiencia poder conocer en persona a los mejores cultivadores del país, que me van a enviar semillas de la campeona para aplicar las técnicas de cultivo, y sus consejos que me van a ayudar en todo el proceso de conseguir para el próximo año una sandía aún mucho mayor”, explica muy satisfecho de la experiencia el experto cosechero maliayés.

Para la espectacular cosecha de piezas, este autodidacta comenzó los trabajos de preparación de la tierra de su huerto en Llavares hace casi un año. “El pasado noviembre apliqué unos 70 kilos de abono por cada metro cuadrado de la huerta con el 90% de estiércol de vaca y 10% de estiércol de gallina. Después, durante el proceso de cultivo, preparo diferentes abonos como el estiércol de gallina mezclado con agua y las ortigas maceradas con agua de lluvia, que son dos abonos bastante potentes que ayudan al desarrollo de las plantas de las que selecciono un fruto por planta para que tenga toda la vitalidad y fuerza”, detalla este apasionado cosechero sobre las técnicas llevados a cabo para conseguir semejantes tamaños de frutos.

La gran calabaraza de Arenas. V. Alonso

Unos trabajos que complementa con otros meticulosos cuidados de las hortalizas. “La polinización la realizo de forma manual, selecciono dos flores macho de la misma planta y aplico el polen sobre la flor hembra seleccionada. A continuación, con una pinza cierro los pétalos de la flor hembra para evitar que otros granos de polen de otras plantas interfieran en la polinización, así garantizo mantener la misma genética", señala.

"Cuando el fruto comienza a coger tamaño, aplico más cantidad de agua a la planta, riegos abundantes y cada dos días desde junio hasta avanzado el mes de agosto, ya que el periodo de engorde de los frutos de estas curcubitaceas está entre esas fechas”, asevera el experto horticultor maliayés que realiza la cosecha de los frutos la primera quincena de septiembre

Pero no solo calabacín o sandía sorprenden en el huerto de Arenas. Aficionado también desde hace años a experimentar con grandes ejemplares de calabazas de la variedad estadounidense “Atlantic Giant”, este año ya ha conseguido cosechar una primera espectacular pieza de 63 kilos y tiene otras que todavía están en crecimiento

Sobre su “enorme” afición y sorprendentes resultados, este técnico en organización y gestión de recursos naturales y paisajísticos y jardinero de profesión explica, “La pasión por la huerta me la transmitió desde bien pequeño mi abuelo Luciano Arenas, del que aprendí los mejores consejos para el cultivo. A ello ahora aplico mis estrategias para experimentar cosechando grandes frutos de hortalizas; la calabaza, calabacín y sandía son mis favoritas”, explica el hortelano sobre su afición con la que bate récords.