La nueva (y exitosa) vida de un emblema hostelero de la Villa: "En verano vendimos más de doscientos kilos de fabes"

La Sidrería Bedriñana está a punto de cumplir un año bajo la gestión de Gabriel Hinciano y Gabriel García

Gabriel Hinciano, escanciando sidra para sus clientes.

Gabriel Hinciano, escanciando sidra para sus clientes. / C. V.

En apenas un mes se va a cumplir el primer aniversario de la nueva etapa de la Sidrería Bedriñana, un establecimiento maliayés con historia que, desde febrero de 2024, se encuentra bajo la dirección de Gabriel Hinciano y Gabriel García. Los nuevos propietarios del negocio han sabido mantener la esencia del local, a la vez que han impulsado su crecimiento y consolidación en el sector hostelero de la comarca.

La transición de propietarios se dio de manera rápida, tras el fallecimiento de Amable Bedriñana, el anterior dueño y fundador del establecimiento. "Nos avisaron de que se traspasaba el negocio, hablamos con la dueña por la mañana y por la tarde ya habíamos cerrado el contrato", recuerda Gabriel Hinciano.

La clientela ha respondido de manera muy positiva a esta nueva gestión, aumentando significativamente la afluencia sin perder el carácter acogedor que siempre ha definido a la Sidrería Bedriñana. "No hicimos cambios sustanciales, pero sí comenzamos a hacer las cosas a nuestra manera, y eso nos permitió ganar muchos clientes", asegura Hinciano. 

La continuidad de la sidrería ha sido recibida con entusiasmo por sus clientes más fieles. "Yo vengo aquí desde que lo abrió Amable y sigo viniendo cada día", afirma Mino "el minero", uno de los parroquianos habituales. "El cambio ha sido bueno, estos muchachos son muy competentes y han revitalizado el negocio", añade. Otro cliente, José Arturo Villazón, resalta la calidad del servicio y la comida. "Aquí hay calidad en todo: en sidra, en comida y en atención", afirma.

Aunque la sidrería cumple oficialmente su primer año bajo nueva gestión, la fecha exacta de su aniversario, el 29 de febrero, solo se repetirá cada cuatro años. "Este 2025 no haremos nada especial, más allá de agradecer a nuestros clientes su fidelidad con unos pinchos especiales", indica Hinciano. Sin embargo, los dueños sí contemplan una gran celebración cuando el calendario vuelva a marcar el 29 de febrero.

Hoy en día, la sidrería cuenta con doce empleados y se mantiene estable incluso en los meses de invierno, cuando la actividad en la hostelería suele disminuir. "Preferimos ganar un poco menos en esta temporada, pero mantener a la plantilla estable y contenta", comenta el empresario.

Entre los platos que han marcado la diferencia en la Sidrería Bedriñana destaca la fabada asturiana, reconocida con premios y con una demanda que sorprendió incluso a los nuevos dueños. "Entre junio y agosto vendimos más de 200 kilos de fabes. Nos impactó ver que muchos turistas la pedían para cenar, incluso los peregrinos del Camino de Santiago. Aunque ya nos estamos acostumbrando, nos sorprendió muchísimo", cuenta Hinciano. Además, la sidrería ofrece una variada carta con cachopos, mariscos, carnes, arroces y un repollo relleno que es marca de la casa.

Estamos muy a gusto aquí y esperamos seguir por muchos años", concluye Hinciano. La historia de Bedriñana continúa, con el mismo espíritu que la convirtió en un clásico, pero con la energía renovada de quienes han apostado por mantener su legado vivo.

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