Feria de artesanía y 'kilómetro 0' en Villaviciosa: "Este año va muy bien, la plaza está tan bonita que da gusto estar aquí"

Villaviciosa ha vuelto a demostrar que las ferias pequeñas, con alma local y cercanía, pueden convertirse en grandes reclamos. Durante esta Semana Santa, la plaza cubierta acoge a una docena de artesanos y productores que mostraron su trabajo, entre sabores tradicionales, diseños creativos y piezas hechas a mano con mimo y raíces.

Aunque la meteorología no era prometedora, el tiempo acabó acompañando y el público respondió con creces. "La verdad que este año va muy bien, el tiempo acompaña pese a los pronósticos, y la plaza está tan bonita después de la reforma que da gusto estar aquí", explicaba Charo Cimas, que ofrecía cerámica pintada a mano con motivos asturianos. "Suelen gustar mucho porque sirven tanto para regalo como para recuerdo de viaje. Además, estas ferias te ayudan a darte a conocer. A veces salen encargos inesperados para casas o regalos personalizados, y eso es un gusto", indica.

Otro de los puestos que ofrecía creatividad era el de Juan Ramón Bolado, conocido por su taller de joyas creativas Juanrapín. Con una amplia experiencia en este tipo de eventos, valoraba de forma positiva la celebración dentro de la plaza. “Es cierto que al estar aquí dentro, al que viene de fuera le cuesta un poco más encontrarnos, pero por otra parte es muy cómodo. Está todo montado, estás cubierto... Y este año además han puesto carteles que ayudan a que los turistas nos localicen mejor. El trato con el Ayuntamiento siempre es muy bueno y nos reencontramos con clientes que nos conocen porque venimos desde hace años. La prueba de que merece la pena es que repetimos edición tras edición”, explicó el artesano.

Y además de la artesanía, también hay espacio para el producto de huerta de kilómetro cero. Desde Cazanes, un pequeño pueblo de Villaviciosa, llegaba María del Pilar Álvarez con productos de su huerta. "Es la primera vez que vengo aquí un fin de semana, porque normalmente vengo los miércoles al mercado. Y muy bien, hay mucha gente. Lo que más gusta de lo que traigo son las fabas. Aún hoy no vendí muchas, pero el miércoles, por ejemplo, se llevaron un montón. Viene gente de aquí y también turistas". Sus productos, frescos y de cercanía despertaban el interés tanto de quienes buscaban calidad como de quienes querían llevarse un pedazo auténtico de la gastronomía asturiana.

A lo largo del recinto, se podían encontrar también otros nombres habituales como Yolanda García, de Chusmiel, con su miel local, o Pedro Villanueva, del taller La Salamandra, llegado desde Bimenes, con sus joyas artesanales, que llamaron la atención, sobre todo, de los turistas. Entre los puestos, no solo había productos que se podían comprar al instante, sino también historias que se tejían entre quienes elaboraban con sus propias manos y quienes descubrían ese trabajo por primera vez. La cercanía entre productores y visitantes es una de las claves del éxito de esta cita.

"Es una feria pequeña pero muy cuidada. Me encantó la cerámica y compramos unos botes de miel para llevar de recuerdo, y porque está riquísima. Me encantó el hecho de poder probar varias y que la productora te explique un poco el trabajo que hay detrás. Eso es una experiencia que en un supermercado no puedes vivir”, expresó Soraya Vivar, que visita esta Semana Santa con su pareja Villaviciosa desde Mérida. "No sabíamos que había esta feria, porque venimos siempre en Semana Santa a Asturias pero esta es la primera vez que venimos a Villaviciosa, pero nos lo indicaron en la oficina de turismo y nos animamos. Da gusto ver artesanos que te cuentan cómo hacen cada pieza y poder llevarte algo tan especial", comentó Cristina Valle, de Madrid. El ambiente era tranquilo, familiar y con mucho acento asturiano.