Llámparas "con mucho sabor y sin marear" en Villaviciosa: "Hay que dejarlas brillar sin disfrazarlas"

La guisandera Pilar Ramos preparó tres recetas con el molusco como protagonista en el marco de las jornadas gastronómicas de Quintes y Quintueles

VÍDEO: Sabor a llámpara en Quintes con la guisandera Pilar Ramos

Carla Vega

Quintes (Villaviciosa)

Si alguien sabe cómo tratar con respeto y cariño a las llámparas es Pilar Ramos, cocinera y guisandera al frente de la sidrería Los Pomares, de Gijón. Fue la encargada de ofrecer una masterclass muy especial en el local de la Sociedad Cultural Recreativa Clarín, en Quintes, dentro del programa de las XXXVII Jornadas de la Llámpara, que este año vuelven a ofrecer en Quintes y Quintueles lo mejor de la cocina con sabor a mar.

Ataviada con su chaquetilla de trabajo y sin perder la sonrisa, Ramos se metió a los asistentes en el bolsillo desde el primer sofrito. "Lo más importante es no marear mucho la llámpara, porque no lo necesita. Hay que dejarla brillar sin disfrazarla. Con unos segundos de cocción, suficiente",explicó mientras presentaba los tres platos que enseñó a preparar: guiso de llámparas, llámparas en escabeche de sidra, y unos espectaculares garbanzos con chipirones, langostinos y llámparas que arrancaron murmullos de asombro en más de una esquina del local.

"No son platos complicados, pero hay que saber en qué momento echar la llámpara, y el trabajo mayor es previo a ese momento. Cuanto menos tiempo al calor, mejor", advertía la cocinera entre cucharón y cucharón. El escabeche, por ejemplo, lo traía ya reposado, para que los presentes entendieran cómo se transforma con el paso de las horas. "Aquí la llámpara es el final, la protagonista. Y si es buena, no necesita más", sentenció.

Al otro lado de los fogones, la expectación era total. María José Sánchez, Carmina Cofiño y Marisol Villazón, tres vecinas que no se pierden ni una edición de las jornadas, seguían atentas cada paso. "Nunca hice garbanzos con llámparas, pero tienen una pinta buenísima. Yo suelo hacerlas con fabes, pero esto hay que probarlo", decía Sánchez mientras tomaba nota en una de las hojas repartidas con los ingredientes para cada plato. "El escabeche me encantó, eso de dejarlo hecho para tenerlo listo con una ensalada o lo que sea me parece súper útil", añadía Cofiño. Para Villazón, más que aprender nuevas recetas, la experiencia fue compartir saberes. "Aquí cada una tiene su receta. Yo hago sopa de llámparas, tortilla, arroz… Pero ver a Pilar explicarlo, con lo cercana que es, da gusto", afirmó.

La propia Ramos reivindicó el valor del producto local y el saber de la cocina popular. "Las llámparas admiten todo, son agradecidas, pero tienen su punto. Y si vas al pedrero, recordad que hay que tener el permiso de Costas, que se saca en la Casa del Mar", recordó entre risas, dejando claro que detrás de cada receta hay también respeto al entorno y a la tradición.

Desde la organización de las jornadas, la actividad fue recibida como un éxito rotundo. No solo por la calidad de los platos, sino por el ambiente que se generó: cocineras, vecinas, curiosos y algún que otro aprendiz improvisado reunidos por una causa común, cocinar, compartir y saborear la costa asturiana.

Las XXXVII Jornadas de la Llámpara continúan durante el fin de semana en diferentes establecimientos de Quintes y Quintueles, pero la masterclass de Pilar Ramos ya ha dejado huella. Como bien decía una de las asistentes al salir. "Aquí no se viene solo a mirar… ¡Se viene a disfrutar y a llevarse el sabor a casa!".

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