¿Por qué los lagares asturianos no pueden usar la botella tradicional de sidra sin licencia? La clave de la polémica está en el Supremo

"Por una cuota casi simbólica los lagares pequeños pueden disponer de la licencia de uso de la botella", asegura ASSA, propietaria de la marca

¿Por qué los lagares asturianos no pueden usar la botella tradicional de sidra sin licencia? La clave de la polémica está en el Supremo

Jota Caral

J. A. O.

Oviedo

La Asociación de Sidra Asturiana (ASSA) sostiene que limitar a sus integrantes el uso de la botella verde tradicional, también conocida como "molde de hierro", responde a una "obligación legal" y subraya que, para facilitar que estos envases puedan estar disponibles para todos los elaboradores de la región, ya modificó en otoño de 2023 sus estatutos para crear la figura del "asociado básico". "Por una cuota casi simbólica, de 213 o 410 euros al año, los lagares pequeños pueden disponer de la licencia de uso de la botella", afirman fuentes de la asociación, en la que están presentes 44 empresas, elaboradoras de entre el 97 y el 98% de la sidra que se hace en Asturias.

La clásica botella verde fue registrada por ASSA en 2000, a propuesta de José Cardín (El Gaitero), pese a que en aquel momento ni un solo miembro de la asociación se dedicaba a la sidra natural. Su objetivo era que únicamente pudiera ser usada por los elaboradores de la región. Sin embargo, andado el tiempo, se comprobó que productores de regiones como Galicia, Cantabria, Castilla y León o la Comunidad Valenciana estaban envasando sus bebidas con la botella registrada para Asturias. Tras las gestiones oportunas, se logró que todos aceptaran abandonar su uso, menos la cántabra Sidra Somarroza. Transcurridos tres años intentando llegar a un acuerdo amistoso, ASSA acabó demandando a la empresa, perdiendo en primera instancia, en un juzgado de Santander, y en segunda instancia en la Audiencia.

Tras esos dos reveses, la Asociación de Sidra Asturiana, convencida de que tenía razón tras dos décadas con la marca registrada, acudió al Tribunal Supremo, que acabó dándole la razón. Fue con una histórica sentencia, emitida en julio de 2023, por la que se confirmó la marca como propiedad de ASSA.

De acuerdo con la versión de los dirigente de esta asociación, en octubre de 2023, para evitar más casos de uso indebido de la botella y abrir el envase a todos los elaboradores asturianos, se procedió a la modificación de sus estatutos. Así, se introdujo la figura del asociado básico, que permite tener la licencia de uso de la botella por una "cuota mínima y asequible", que varía en función de la producción de cada empresa.

En octubre de 2024, un experto de Garrigues, el despacho que llevó de forma exitosa el caso ante el Supremo, se desplazó al Museo de la Sidra (Nava) para comunicar al sector el escenario que se abría respecto a los envases de sidra tradicional. Según indicó, para cumplir con la Ley de Marcas en vigor, y evitar que se considere común y abierta para todas las regiones, los elaboradores que comercialicen sus bebidas están obligados a contar con una licencia de uso de la botella por parte de ASSA. En cambio, los productores de sidra casera, "sin tráfico comercial", no tienen necesidad de esa licencia y pueden usar la botella sin problema.

La legislación también establece que las empresas que fabrican las botellas deben estar autorizadas por ASSA. Además, solo pueden vender a aquellos elaboradores que disponen de licencia de uso. De ahí que la asociación ya haya enviado una comunicación a la compañía que hace los envases "molde de hierro" para que solo atienda los pedidos de los lagareros con licencia.

Las fuentes de ASSA consultadas aseguran que detrás de todas estas medidas "no hay otro interés que no sea la defensa de la marca para Asturias, cumpliendo la legislación en vigor". "Si la marca se vuelve común y resulta que la puede utilizar todo el mundo, el problema lo vamos a tener con las marcas blancas de la gran distribución", señalan desde la Asociación de Sidra Asturiana, para insistir en que "nuestra intención siempre ha sido, y sigue siendo, que todos los elaboradores de la región puedan usar la botella tradicional y, para ello, existe el asociado básico a precio simbólico".

"Tenemos una gran responsabilidad para no perder la marca", sentencian desde ASSA, frente a la postura de aquellos llagareros que no se han sumado al colectivo y se niegan a pagar por el uso de un envase tradicional. A su juicio, los derechos sobre una botella que el sector usa desde hace casi 150 años no puede ser de una entidad privada, invocando en su argumento la declaración de la cultura de la sidra asturiana como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

No se descarta que la polémica acabe en los tribunales, lo que pondría en riesgo la exclusividad asturiana de la botella de sidra tradicional.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents