Tazones se llena de flores para la Virgen del Rosario: el Niño Manolín procesiona entre gaitas

Los jóvenes de la parroquia portaron la venerada imagen, salvada del incendio de la Guerra Civil

La procesión de les Flores de Tazones. | V. A.

La procesión de les Flores de Tazones. | V. A.

Vicente alonso

Tazones (Villaviciosa)

Tazones vivió este domingo con intensidad una de sus festividades más esperadas, la tradicional Fiesta de Les Flores. Se trata del primero de los festejos anuales en el puerto maliayés, que toma el relevo de las celebraciones que han tenido lugar en las últimas semanas en les Mariñes de Villaviciosa, concretamente en Oles y Argüeru.

Con profundo arraigo entre los vecinos, esta cita religiosa y cultural en Tazones reunió a cientos de asistentes, con romeros llegados de numerosos puntos de Villaviciosa y Asturias, atraídos por la autenticidad del evento.

La jornada comenzó con un animado pasacalles de la Banda de Gaites Villaviciosa - El Gaitero, que recorrió las principales calles y bares del puerto anunciando el inicio de la festividad. A continuación, se celebró una misa solemne en la iglesia parroquial de San Miguel, oficiada por el párroco José Manuel Fueyo y cantada por el Coro Manín de Lastres, que interpretó una cuidada selección de su repertorio en un templo repleto de fieles.

Sobre el pedestal de la Virgen del Rosario se pudieron ver numerosos ramos de flores ofrecidos por los devotos. "Esta Virgen tiene mucha devoción y es tradición ofrecerle flores blancas como símbolo de salud y esperanza. Otra antigua tradición que todavía se mantiene es la de casarse con la Virgen, sobre todo por parte de los más devotos", explica la vecina Cristina Carneado.

"Memoria colectiva"

Finalizada la eucaristía, los asistentes acompañaron en procesión hasta el puerto las veneradas imágenes de la Virgen del Rosario, el patrón San Miguel y el Niño Manolín, una talla que representa a Jesús en su infancia y que goza de especial veneración en la parroquia. "Es una de las pocas que sobrevivió al incendio de la antigua iglesia en 1936, todo un símbolo de la memoria colectiva de Tazones", destaca Cristina Carneado.

Otra de las tradiciones que perduran es que sean niños los que porten a hombros esta venerada imagen en la procesión, con los ramos engalanados con flores y diversas ofrendas que refuerzan el significado de la festividad.

Además, vecinos de todas las edades participaron ataviados con los trajes de pescadores y sardineras.

El mejor colofón a la jornada lo puso un brillante concierto de la Banda de Gaites en la plaza del puerto, con un gran ambiente de fiesta marinera que dejó patente el cariño con el que Tazones mantiene vivas sus tradiciones. n

Tracking Pixel Contents