Los "Bicis Voladores" valencianos llegan a Villaviciosa: esta es la promesa que les tiene en el Camino

"Cada pedalada tiene un significado especial", explican los integrantes del grupo

El grupo, en Villaviciosa.

El grupo, en Villaviciosa. / V. A.

Villaviciosa

El Camino de Santiago es una experiencia única que se puede recorrer de múltiples formas, a pie, en bicicleta, o incluso a caballo. Cada peregrino tiene su propio motivo para emprender la ruta, ya sea por deporte, devoción, una promesa o el deseo de conectar con la naturaleza y la historia en este recorrido milenario. Este sentimiento es el que impulsa a los "Bicis Voladores", un grupo de once ciclistas valencianos que esta semana han llegado a Villaviciosa, en una etapa más de su particular peregrinación. En los últimos cinco años han recorrido más de 3.000 kilómetros sobre sus bicicletas, completando distintos caminos de la ruta jacobea.

 "Cada pedalada tiene un significado especial", afirma Fidel García, presidente del grupo de los “Bicis Voladores", y Alexis Casany, miembro del colectivo, quienes explican que la iniciativa surgió a raíz de una promesa. "Uno de nuestros compañeros prometió hacer el Camino de Santiago si su hija superaba un problema de salud. Todos quisimos acompañarlo, pero por nuestras responsabilidades laborales no podíamos hacerlo de un tirón. Así que decidimos hacerlo por etapas, dedicándole una semana al año", explican.

 Desde su primera experiencia, que los llevó de León a Santiago, el grupo quedó tan marcado que firmaron un pacto: "Nos comprometimos a realizar el Camino durante siete años por diferentes rutas  siempre la primera semana de junio. Sin importar compromisos personales o profesionales, cada año estaríamos aquí juntos".

Cinco años de recorrido y una etapa inolvidable

Este año completan la ruta entre Santander y Avilés, pasando por Villaviciosa y Oviedo entre otras localidades asturianas, y aseguran que la experiencia ha sido especialmente gratificante. "Hemos recorrido playas de cine, nos hemos salido de los caminos para adentrarnos en parajes vírgenes y está siendo una experiencia increíble. La gente ha sido superamable y cordial", explican García y Casany.

Además de la belleza natural del entorno, los ciclistas destacan el contacto con las pequeñas aldeas: "Nos sorprendió hablar con gente mayor que vive en lugares donde apenas hay cuatro o cinco personas. A pesar de estar apartados de la civilización, son increíblemente hospitalarios y se les ve felices” aseveran los “Bicis Voladores".

Hernmandad y gastronomía, claves de la experiencia

Además de su afición por las bicis, también se declaran aficionados a la buena gastronomía. ”Pertenecemos a una sociedad gastronómica llamada ‘Cocina Sin Medida’ que está en Valencia’ y tenemos una especie de restaurante privado que abrimos solamente para nosotros para disfrutar juntos de la buena mesa”, apuntan

 Y en este apartado aseguran que han disfrutado mucho la riqueza de los fogones de Asturias. "Nos hemos hinchado a comer fabada y cachopos", comentan con humor. "Han sido grandes momentos de hermandad, donde compartimos nuestras alegrías y preocupaciones, y donde nos permitimos ser más sinceros que en cualquier otro momento del año",  dicen resaltando las bondades culinarias de Villaviciosa, donde aseguran que la acogida fue especialmente cálida.

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