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La cultura sidrera de Villaviciosa ya tiene su propio libro: "Es un primer eslabón de una larga cadena de investigaciones"

El Teatro Riera acogió la puesta de largo de la obra, coordinada por Luis Benito García y fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento y la Universidad de Oviedo

Por la izquierda, Carlos Otero, Sezin Uckuyu, Alejandro Vega, Marcelino Fernández, Luis Benito, Lúa Woodward y Óscar Vigón frente a la estauta La Manzanera

Por la izquierda, Carlos Otero, Sezin Uckuyu, Alejandro Vega, Marcelino Fernández, Luis Benito, Lúa Woodward y Óscar Vigón frente a la estauta La Manzanera / C. V.

Villaviciosa

La historia de la sidra y del Festival de la Manzana quedó plasmada ayer en una obra colectiva que nace con vocación de referencia. El Teatro Riera de Villaviciosa acogió la presentación del libro “Historia de la cultura sidrera de Villaviciosa y del Festival de la Manzana”, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento maliayés y la Universidad de Oviedo, coordinado por el profesor Luis Benito García, director de la Cátedra de la Sidra y principal impulsor de la declaración de la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

El alcalde, Alejandro Vega, abrió el acto mostrando su orgullo por ver a jóvenes investigadores vinculados de una u otra forma a Villaviciosa estudiando la cultura sidrera a través del archivo municipal, y destacó que esta publicación “no es una obra más, sino un trabajo de gran valor histórico y divulgativo”. Se contó con 120 ejemplares de esta primera edición a disposición de los asistentes, aunque el regidor avanzó que ya se piensa en una ampliación futura “porque aún queda mucho por investigar".

Por su parte, García subrayó que el libro es “un primer eslabón de una larga cadena de investigaciones sobre la sidra y la manzana” y que busca ser una obra rigurosa pero accesible, que ayude a entender la dimensión cultural, social y económica de la sidra más allá del ámbito local. Recordó que Villaviciosa “ha sido históricamente el mayor productor de manzana y elaborador de sidra de Asturias”, y destacó el papel pionero del Festival de la Manzana, “el primer gran evento de institucionalización de la cultura sidrera en España”.

Agradecimientos especiales

El profesor agradeció especialmente la colaboración del grupo cultural Cubera, de Tania Alonso, archivera municipal, y la cesión del material gráfico para la obra.

Y llegó el turno de los alumnos. “Como habéis podido comprobar –dijo al cierre del acto Luis Benito García con orgullo–, el futuro de la investigación sobre la cultura sidrera está asegurado”. Y ese futuro tiene nombre propio, el de los jóvenes investigadores que participaron en la publicación y que expusieron parte de sus trabajos durante el acto. Carlos Otero abrió las intervenciones explicando su estudio sobre la sidra en los siglos XVII y XVIII, basado en documentos notariales, actas municipales y registros fiscales. A través de estas fuentes, detalló cómo Villaviciosa ya entonces se situaba “a la cabeza de la producción sidrera, con una fuerte implicación del gobierno local en su control y fiscalización”.

Le siguió Lúa Woodward, que abordó la dimensión artística y patrimonial de la cultura sidrera, analizando tanto las etiquetas y carteles publicitarios de las fábricas de sidra de los siglos XIX y XX como el cartelismo y la escultura vinculados al Festival de la Manzana. “Desde las etiquetas antiguas hasta los carteles del festival, el arte ha sido una forma de entender la identidad sidrera”, apuntó, citando ejemplos como los carteles de José Santamarina, Pedro Chillón o Alfonso Iglesias

Evolución del sector

Óscar Vigón presentó su investigación sobre la evolución del sector sidrero en el siglo XIX, centrada en la prensa como fuente histórica. Destacó que “la prensa local jugó un papel clave en la defensa de los intereses del sector, con artículos que denunciaban los aforos y defendían la sidra como producto identitario y motor económico”. En su intervención, recordó que “el festival de los años sesenta supo convertir en símbolo cultural y turístico lo que durante siglos había sido un trabajo cotidiano y una fuente de riqueza”.

Primer estudio sistemático

Cerró las intervenciones Sezin Uckuyu, quien presentó una investigación cuantitativa sobre los cultivadores de manzana a mediados del siglo XIX, a partir de los “amillaramientos” –un listado alfabético de los bienes de un municipio y de sus propietarios– de 1874 conservados en el archivo municipal. Su trabajo, explicó, permite reconstruir con precisión las formas de acceso a la tierra y la distribución del cultivo en el concejo. “Es el primer estudio sistemático de este tipo hecho en Asturias”, señaló la investigadora, que ahora prepara su tesis doctoral sobre la comarca maliayesa.

El acto concluyó con un aplauso largo y sentido, reflejo del reconocimiento a un trabajo colectivo que, más allá del rigor académico, refuerza la identidad de Villaviciosa como capital de la manzana, y que marca tan solo el punto de partida de futuras y fructíferas investigaciones en torno a la cultura sidrera.

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