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Así es Celestino Riesgo, nuevo sacerdote de Villaviciosa: "Quiero que los jóvenes sientan que la parroquia es su casa"

El mierense se marca entre sus objetivos fortalecer los lazos entre Iglesia y la comunidad

Celestino Riesgo, nuevo párroco de Villaviciosa

Celestino Riesgo, nuevo párroco de Villaviciosa / C. V.

Villaviciosa

Apenas lleva un mes en Villaviciosa, pero el nuevo párroco, Celestino Riesgo, ya habla "de la Villa” con la naturalidad de quien se siente en casa. A sus 45 años de edad, este sacerdote mierense ha encontrado en la parroquia maliayesa un nuevo destino y también un nuevo desafío. “No conocía la Villa en absoluto, pero estoy contento y sorprendido, porque la gente es muy cercana, te saluda por la calle, se interesa…Es un pueblo muy acogedor”, cuenta con una sonrisa.

Su llegada coincidió prácticamente con las fiestas del Portal, justo después de tomar posesión. "Fue una entrada triunfal", dice entre risas. "No me dio tiempo a instalarme del todo, cuando ya estábamos en plena celebración. Pero fue una suerte, porque me permitió conocer a mucha gente en poco tiempo y sentir el cariño de todos", afirma.

La suya es una trayectoria marcada por el movimiento constante y por la vocación de servicio. Natural de Santa Cruz de Mieres, se ordenó sacerdote en 2013 y, desde entonces, ha pasado por parroquias de Grandas de Salime, los Oscos, Tineo, Moreda, Covadonga y Cabueñes, donde, además, ejerció como capellán hospitalario. También ha sido profesor en colegios e institutos, el último el San Juan Pablo II-San Miguel, en Pumarín, experiencia que considera fundamental en su forma de entender la fe. "La enseñanza me ayudó a escuchar, a entender los ritmos de los jóvenes, sus dudas y su forma de mirar el mundo", asegura el párroco.

De hecho, los jóvenes ocupan un lugar central en su proyecto pastoral. "Quiero que sientan que esta es su casa, que conozcan la historia de su parroquia y decidan desde ahí. No podemos amar algo si no lo conocemos. La Iglesia maliayesa tiene una historia tremenda, con conventos, vida monástica, tradiciones que se siguen cuidando… y eso quiero que ellos lo vivan”.

Riesgo, que se formó en Acción Católica y en la Juventud Obrera Cristiana, tiene un método que aplica también a su labor como párroco. “Ver, juzgar y actuar. Primero hay que observar la realidad, luego juzgarla a la luz del Evangelio, y solo entonces actuar. No se trata de imponer gustos personales, sino de escuchar a la comunidad y ver qué necesita”, mantiene.

En Villaviciosa, su propósito es tejer comunidad. “Mi intención es que todos los grupos parroquiales y quienes quieran acercarse trabajen juntos, aunque vengan de asociaciones distintas. A nivel eclesial y también civil, porque sumando esfuerzos se consiguen más cosas. Hay que luchar por la utopía también”, afirma convencido.

Del mismo modo, valora la oportunidad de continuar el trabajo de su predecesor, Gonzalo Suárez, con quien mantiene una relación cercana. "Me dejó todo organizado y me puso en contacto con la hermandad del Portal, los grupos de liturgia y catequesis. Más que consejos, me dio libertad para descubrir las cosas por mí mismo. Eso es importante, cada párroco tiene su forma de vivir la fe y organizar las cosas”.

La gratitud es una palabra que repite a menudo. "Estoy muy agradecido, no solo por el recibimiento, sino también por el respeto con el que se están contando las cosas en los medios. No es habitual y se agradece", reconoce.

Ahora, su día a día transcurre entre reuniones, preparación de catequesis y nuevas ideas para acercar la Iglesia a todos los vecinos. “Este sábado comenzamos la catequesis y estoy preparando la homilía con mucha ilusión. Ya vienen las catequistas con la programación del curso, y estamos organizando también la festividad de Todos los Santos. En el museo ya están montando los belenes, y me encanta que todos puedan participar y verlo. Eso también es comunidad”.

Con voz serena y tono amable, el nuevo párroco confiesa sentirse esperanzado. “Yo pretendo ser uno más en la Villa y trabajar por la villa. La Iglesia tiene que ser parte del futuro, no solo del pasado”, subraya.

Villaviciosa gana así a un párroco que quiere mirar hacia adelante sin perder la raíz. O, como él mismo resume con sencillez, “no se pelea el avance, la evolución o el modernismo con la tradición. Aquí en la Villa eso se ve: se cuidan las tradiciones, pero se avanza. Y eso me parece precioso".

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