Lletres de pan

Miguel González Pereda

Miguel González Pereda

Para uno, aldeano de nacencia, vacacional y vocacional, el  olor del trigo, de la fariña recién molida, del formientu amasado y cocido en  forna  bien arroxada, o el que en ocasiones se siente al pasar por la Caleyina Les Indies o la Calle del Agua cuando el horno de la panadería allí existente está en funcionamiento,  son recuerdos prustianos que me transportan a un tiempo y a un mundo vivo que mudó el nombre por el de mundo rural, supongo que para diferenciar aquella aldea activa, de un espacio hoy agonizante o muerto. Una aldea viva, la más guapa, es la que busca y premia “Cubera”.

Les Lletres de Pan de la Compaña del Ronchel, premiadas con el galardón de “Aldea más guapa” por la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa “Cubera”, tienen la misma propiedad que la famosa magdalena de don Marcel, y me llevan a un tiempo, a una sociedad y una vida en el que todas las cosas del cielo abajo tenían un nombre que no era castellano ni inglés, y se hablaba una lengua en la que, aunque algunos ignaros o de aviesas intenciones pongan en duda, sin ser castellano ni inglés, se entendían y no necesitaban otra para expresar sus necesidades y sentimientos.

El cultivo del trigo y su transformación en pan es un ciclo que se repite todos los años, igualmente todos los años, la Compaña del Ronchel,  reparte Les Lletres de Pan, van envueltas  en un papel o bolsa y acompañadas de una tarjeta con parte de algún texto literario, breves biografías de escritores en asturiano, poemas  o palabras extraídas del diccionario de la lengua asturiana y,  al igual que en la misa quien toma el  pan consagrado recibe el cuerpo de Cristo, el Día de les Lletres Asturianes, quien come  lletres de pan, recibe transustanciadas todas las palabras usadas por autores, poetas, literatos, dramaturgos, periodista y escribanos, publicadas en la lengua hablada durante siglos en este país. Y además participa en una comunión de sentimientos con cuantos también lo hacen.

Uno celebra el premio  de “Cubera” a les Lletres de Pan y felicita a la Compaña del Ronchel por su constancia y buen hacer ejemplar, por su dignidad y responsabilidad ante la sociedad en la promoción y defensa de la Lengua y la Cultura asturiana, una responsabilidad que se resume y sintetiza en el lema de la asociación: “Tuyu, míu, nuestru: caltengámoslo”.

La Compaña del Ronchel lleva veinte años , como ella misma dice: “Enfotada na defensa y promoción de la Llingua Asturiana: del so uso públicu”, para ello publica libros, un periódico festivo durante el Antroxu, recupera y publica cancios de la zona, colabora dando charlas y conferencias con el Aula de Asturiano del Ateneo Obrero de Villaviciosa,  asoleya  una revista, “Friúz”, en papel y digital, y desde el año 2004 reparte Lletres de Pan el Día de les Lletres Asturianes. Inicialmente lo hacían solamente en el concejo de Villaviciosa por escuelas, colegios, instituto, casa de cultura, ayuntamiento, panaderías, bares y chigres. Desde hace varios años, el Serviciu de Normalización llínguistica de la Comarca de la Sidra, con la ayuda de la consejería de Cultura, la amplió a los seis concejos  que forman la Mancomunidad  y se reparten miles de letras de pan. A uno le gustaría que esta iniciativa que se va haciendo ya habitual y costumbre en los conceyos  sidreros, lo fuera también en el resto de los municipios asturianos. Que en las casas y obradores se hagan letras de pan, que se repartan, que se vendan y regalen acompañadas de una frase o un texto en asturiano, letras que sean alimento para cuerpo y espíritu, letras que llenen palabras, palabras que llenen versos que cambien la rima morrer por xorrecer, que se den a conocer  palabras con raigañu, aquellas que, a pesar de todo, aún resisten escondidas en la lengua familiar, como hacen  texos, carbayos, encines , fayes en la arrinconada viesca a pesar del empuje de nuevas especies: eucalipto, aereogenerdor... Nuevos árboles y palabras donde jamás podrán facer ñeru páxaros nin lletres de pan.