Estrenamos mes. Ha llegado octubre y creo que casi ninguno de los habituales de nuestras playas se podía imaginar que estando ya en otoño podría disfrutar de un baño en Playa España, La Ñora, Merón, El Puntal o Rodiles como está sucediendo hoy con 28º de temperatura. ¡Cómo han cambiado los tiempos!

Recuerdo que antiguamente el primero de octubre ya era fresco y casi fiesta nacional. Tenía veinte años y vivía en Madrid. Ese día llegaban cientos de autobuses procedentes de todos los rincones del país repletos de ciudadanos que terminaban abarrotando toda la calle Bailén y la Plaza de Oriente reuniéndose frente al Palacio Real y no precisamente para vitorear y aclamar a los Reyes de España sino al antiguo Jefe de Estado que ostentaba el poder y llevaba en ese cargo casi treinta y cinco largos años. Lógicamente y tal y como ocurrió desde las diferentes provincias (todavía no existían la democracia ni las comunidades autónomas), desde Asturias y saliendo de diferentes lugares, también partiría hacia Madrid una amplia y nutrida representación de personas que querían estar presentes en aquél acto de ensalzamiento a quien entonces también era el Jefe de los Ejércitos.

Por entonces los veranos los pasábamos en Ceceda, en “La Casina” que mis abuelos paternos Luis y Trini (él nacido en Fresnadiellu (Nava), y ella en Pola de Siero), tenían en la calle del Llobu frente a un hórreo que hoy ya no existe y que tapaba la Carnicería de Laudino en la que terminaría trabajando su yerno Javier “el del tractor”, Javier Ruidíaz. Cuento esto porque en aquella concentración nacional viajaron varios vecinos del pueblo que días antes me habían telefoneado para pedirme que hiciese de guía por los madriles hasta que comenzase el acto. Cumplí y pienso que no les defraudé porque nadie se quejó. Incluso acerqué con mi coche al propio Javier hasta las inmediaciones de Prado del Rey (TVE), en donde él -y dicho coloquialmente- había hecho “la mili”, es decir, cumplido el servicio militar cuando existía y era obligatorio.

Recuerdo también que en aquél primero de octubre lucía el sol. Sin embargo, la temperatura en Madrid era fría a primera hora de la mañana. Y posiblemente la paliza del viaje nocturno (no existía la autopista), así como el accidente de madrugada de uno de los autobuses asturianos en pleno centro de Medina de Rioseco, tenían destemplados a los recién llegados al foro que acusaban el seco clima madrileño. Al bajar del bus algunos se subían los cuellos de cazadoras y abrigos e incluso, recuerdo haber visto alguna que otra bufanda. Nadie lo sospechaba ni se lo imaginaba. No nos dábamos cuenta y nadie hablaba de él pero sin duda, el cambio climático, ya había comenzado y por eso hoy, cincuenta años después, no pensamos ni en cuellos hacia arriba ni en bufandas porque vivimos un otoño caliente y además muy “caliente” de verdad y en todos los sentidos.

Sin ir más lejos hace una semana también salieron autobuses desde Asturias rumbo a Madrid. La concentración en esta ocasión no era frente al Palacio Real pero sí cerca de la plaza de un antiguo monarca como fue el rey Felipe II en la zona próxima al antiguo Palacio de los Deportes madrileño, hoy, WiZink Center. Con calles y aledaños abarrotados y a otro y distinto nivel que hace medio siglo, la convocatoria en esta ocasión, trataba de mostrar la unión de muchos ciudadanos en torno a Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, que estuvo arropado por toda su plana mayor y también por los ex presidentes del gobierno español José María Aznar y Mariano Rajoy. Sería el pasado lunes, al inicio de semana, cuando un matrimonio amigo y vecino de Villaviciosa me informó del desarrollo del acto. Pese a la paliza que les suponía el viaje decidieron apoyar la causa saliendo de casa a las tres de la madrugada en su propio coche para llegar hasta Oviedo y allí, tras aparcarlo, subirse al bus, etc. etc. Pese al lógico cansancio les mereció la pena y nada les importó pues regresaron ese mismo domingo impresionados por la respuesta ciudadana y la paz y tranquilidad con las que se había desarrollado todo. Un todo que el martes, al día siguiente, no fue suficiente ni sirvió para encumbrar a la presidencia del gobierno español al político gallego que actualmente lleva el timón del PP.

En el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo y a través de la televisión creo que todos nos dimos cuenta de que nos espera un otoño caliente con el “combinado” que nos presentaron los señores Feijóo y un hasta entonces casi desconocido para muchos como Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid y actualmente diputado del PSOE, sin olvidar las “piedras” o “cubitos de hielo” que aportó al “cocktail” el presidente en funciones Pedro Sánchez con su negativa a subir al estrado. En el partido de vuelta y transcurridas cuarenta y ocho horas la historia se repitió para Alberto Núñez Feijóo, natural de una localidad gallega que conozco muy bien como es “Os Peares” que da nombre a un tramo cronometrado del Rallye Ourense que grabé con La Chalga Pro durante muchos años. Ahora toca esperar a esta próxima semana en la que el turno pasará, tras las consultas del Rey Felipe VI, al propio Pedro Sánchez quién tratará de alcanzar esa investidura a la presidencia de la nación que dio la espalda al aspirante popular días atrás.

Hablando de otra cosa y en lo personal esta semana me he convertido en “octoabuelo” y soy feliz. Como suelo decir (ellas no se enfadan), Belén, mi hija número tres y Aitor su marido, ya tienen la parejita. A partir de este pasado jueves 28 la pequeña Laia ya no estará sola por casa. Marc ha llegado para hacerla feliz y ser un buen hermano. Creo que tres hijas y ocho nietos echan por tierra las pesimistas cifras que se ofrecen sobre la natalidad en Asturias y propongo un premio para mis niñas en unos tiempos en los que todo está cambiando a velocidad de vértigo.

Efectivamente los tiempos y las cosas cambian y los otoños son cada vez más calientes. Si hace cincuenta años denominaron “Día del Caudillo” al primer día de octubre en exhaltación a Francisco Franco… hace sólo seis, en el año 2017, ese uno de octubre pasó a llamarse el del “Referéndum de Independencia de Cataluña”. De parecidos razonables nada de nada aunque las palabras amnistía, autodeterminación y referéndum salgan más a la luz en estos momentos en los que el presidente en funciones trata de investirse.

Otoño caliente pues. No sé si en los próximos días podremos seguir dándonos un chapuzón por nuestras playas por mucho cambio climático que haya pero, lo que sí les aseguro y ojalá me equivoque, es que a nivel político y tanto dentro como fuera del Congreso de los Diputados, va a haber ‘camorra’ que es una palabra que ya no se estila mucho. Y por aquí, mucho más cerca que Madrid, los vecinos de Villaviciosa me seguirán mostrando su extrañeza por esa nueva encuesta en la que se les pide su opinión sobre el estado actual y acciones a emprender para proteger y volver a recuperar la Ría.

A casi nadie le entra en la cabeza que después de casi doce años de cierre al marisqueo y dependiendo de todos los organismos de los que depende el estuario tengan que preguntar ahora, a vecinos, ribereños y en general, no profesionales ni expertos en la materia, qué es lo que hay que hacer. ¿Dónde están o qué hacen los técnicos y funcionarios de los distintos estamentos? ¿Quién tiene que meter mano al asunto para resolverlo de una santa vez?

Me despido porque en caso contrario voy a tener que seguir con ustedes hasta el próximo domingo. Otoño caliente que me deja la cabeza como un bombo con todos los temas que me han llegado últimamente: ¿De quién depende que se organice de la mejor manera posible y de una vez la regulación del tráfico rodado en el entronque de la N-632 y la AS-256 (con o sin rotonda), en el Riaño? Hubo incluso quien me ha dicho ¿acaso los políticos no van a comer a Tazones para darse cuenta del problema? Y ¿qué pasa con la senda entre la Villa y El Puntal? De quien dependemos: ¿Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana? ¿Consejería de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios? ¿De ambos?... Tantos apartados dentro de cada ministerio y consejería que es imposible que tengan tiempo para atenderlos a todos. La autovía se inauguró en mayo de 2003, hace 20 años y creo que esto no ha hecho más que empezar. En fin mi querido Marc Díaz Rivaya: así están las cosas en este mundo al que has llegado y en el que no vas a pasar frío. Has nacido en un otoño caliente.