Opinión | Crítica / Música

Despedida al atardecer en Villaviciosa

El cierre en el teatro Riera de un ciclo fuertemente arraigado

Teresa Pérez y Francisco Jaime Pantín, durante el concierto.

Teresa Pérez y Francisco Jaime Pantín, durante el concierto. / LNE

Ficha del concierto

  • XXVI Atardeceres musicales 2024
  • Intérpretes: Dúo Wanderer (piano a cuatro manos): Francisco Jaime Pantín y Teresa Pérez Hernández. Programa: Obras de Mozart, Schubert, Brahms y Dvořák.
  • Sábado, 31 de agosto, 20:00 horas. Teatro Riera de Villaviciosa.

Terminamos agosto y también el vigésimo sexto ciclo de los Atardeceres Musicales maliayos que organiza el Círculo Cultural de Valdediós en la capital del concejo imperial tras el desahucio arzobispal del monasterio, pero posibilitando celebrar estos conciertos en el más adecuado y céntrico Teatro Riera, con un lleno repleto de emociones este último sábado, más allá de la propia música de piano a cuatro manos.

Y es que no solo se cerraba este ciclo veraniego, también el docente de Pantín en un homenaje a las "manos graves" del dúo caminante ("Der Wanderer" en la lengua de Goethe) que han dedicado toda su vida a formar varias generaciones de pianistas, muchos presentes en el concierto más una gran lista de ausentes que quisieron participar igualmente en el regalo del retrato realizado por Toño Velasco, entregado por su hijo Daniel Jaime al finalizar el mismo para sorpresa de la pareja de maestros, con un discurso que salió del amor filial, la admiración de los discentes y el orgullo de la amistad de tantos años.

Hasta el título del programa era simbólico, "Juntos contemplamos nuestra herencia", la de Paco y Mayte para casi todos los que no quisimos perdernos este homenaje de la mejor forma posible: escuchándoles de nuevo juntos, emocionándonos de principio a fin. El Mozart de su "Andante con variaciones en sol mayor", KV 501 limpio, reposado, el sustento de Francisco Jaime y el brillo de Teresa Pérez, la compenetración vital que desemboca en la musical en otra lección de interpretación con poso.

De la "Fantasía en fa menor" D940 de Schubert decir que levantó lágrimas ante la profundidad y expresión demostrada en sus cuatro movimientos, magisterio de dos grandes del piano, literalidad en el aire indicado, expresividad "liederística" con la voz de Teresa y el contrapeso de Paco, el protagonismo compartido donde no sobra ni falta nada, la gestualidad al unísono, el mismo latir y sentir la magia del vienés a cuatro manos, connivencia de pentagramas y convivencias de muchos lustros juntos.

Tras el descanso llegarían tiempos de danzas, primero cuatro húngaras del hamburgués Brahms enterrado en la capital imperial con "V" de Viena, esta vez de Villaviciosa y también de Victoria, organizadas como solo los maestros saben (números 9, 19, 1 y 17) para darles una unidad nunca rota por un público rendido, emocionado y conocedor de todo el programa; después tres eslavas del checo Dvořák (la opus 72 nº 2 y las opus 46 números 6 y 8), un sinfonismo a cuatro manos y un sola alma, sincronismo perfecto con unos "rubati" al alcance sólo de los grandes, sonoridades rotundas y cristalinas con el equilibrio dinámico del pulso común.

El Dúo Wanderer nació con la vocación de profundizar y difundir el repertorio para piano a cuatro manos, y la conocida Danza de Anitra del "Peer Gynt" de Grieg fue un regalo en la transcripción que de nuevo convirtió el piano en una orquesta reducida con todos los matices y fraseos que Mayte y Paco ejecutan de forma única. Y aún quedaba el cierre definitivo, de nuevo Dvořák y su Allegro con moto, sexto número de las "Legends" op. 59 que como en sus danzas eslavas o en el arreglo del noruego, trajeron la orquesta al piano, la música camerística para una conclusión luminosa en este concierto donde debo acabar con Don Antonio Machado:

"Caminante no hay camino / se hace camino al andar. / Al andar se hace camino / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar". El profesor Pantín finaliza una larga etapa mirando al frente para proseguir otra haciendo camino al tocar, y con su música seguirá iluminándonos teniendo todo el tiempo para ello. Enhorabuena y gracias, Maestro.

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