Opinión

La alegría de perderse cosas

Ojeo en una librería un libro cuyo título me llama la atención: "La alegría de perderse cosas". El libro va sobre el decrecimiento personal y la presión constante por hacer cosas, sentir cosas y vivir cada día como si fuera el último.

¡Qué alivio! La semana pasada me llegaron WhatsApps de diferentes grupos hablando de lo importante que es reír, bailar, hacer lo que te gusta y no perder ni un minuto de tu vida en cosas inútiles. Lejos de motivarme para dar saltos y salir a la calle con la famosa mejor versión de mi misma, me dieron ganas de ir haciendo un seguro de decesos o de sentarme a tejer y a comer donuts. En uno de los minivídeos oigo: ”Imaginate el mundo sin ti.... Son dos días.....Deja esas relaciones tóxicas....Corre! Vive!”

¡Pufffffffff! Qué prisa por ser feliz. Qué agobio, oigan. A ciertas personas seguro que esos mensajes les causan más mal que bien, porque no logran sacarle todo el jugo a la vida por estar muy ocupadas haciendo otras cosas menos gratificantes, como por ejemplo vivir sin más.

Quizás haya gente que no pueda ver los amaneceres porque están trabajando por la noche o enfermos o deprimidos o librando batallas contra cincuenta cosas y no les apetece que les recordemos lo que se están perdiendo al no disfrutar cada minuto como locos, cada bocado como el más exquisito y cada baile como el más desenfrenado. Quizás haya gente que no tiene una mano que sostenga la suya o que prefiera las fotos en blanco y negro a los selfies al borde de precipicios.

Quizás necesitamos más libros como ese y menos prisa por el blandiblú de lo inmediato.

Que además de ser infelices, no queremos sentirnos culpables.

Un respeto, por favor.

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