Opinión

¿Mujer contra mujer?

Empiezo el gimnasio en marzo con grandes expectativas de tonificación y puesta a punto. Mientras subo unas escaleras mecánicas que no llevan a ninguna parte, con mucha pena y poca gloria, me fijo en que pasan unos vídeos musicales en una pantallita. Para no sentirme presa de un rápido desaliento, observo concentrada lo que ocurre en el vídeo. La canción se titula Taste.

Dos mujeres se empiezan a pelear por conseguir la atención de un maromo. La rubia ataca a la morena con un machete y la morena contraataca con una recortada lanzándola por la ventana y espetándola en una verja. Sin un ápice de desaliento, la herida saca un puñal y se lo clava en el ojo a la otra y le regala una peineta.

 En el hospital la morena le pasa un desfibrilador a modo de electroshock, pero la rubia se recupera y le hace vudú hasta quemarla viva. La morena aparece con una hoz (?) y le secciona el brazo a la rubia que a la sazón sangra profusamente. A estas alturas ya no siento el dolor de piernas porque toda mi atención está puesta en como terminará semejante carnicería y, sobre todo, en que sentido tiene que dos bellezonas se peleen tan sanguinariamente por un hombre. Pero, atención al giro final, tras la aparición de una motosierra Tarantiniana, la sororidad aparece como polvos mágicos y entre las dos matan al guaperas, que culpa no tenía de nada, creo yo. Después del funeral en  que otra mujer llora desconsolada (¿su mujer?) y ya muy amigas, dejan atrás el ataúd azul bebé y se van agarraditas del brazo súper contentas en plan best friends. 

No lo veía venir, la verdad. Bajo de las escaleras mecánicas como un pato mareado y con la lección aprendida.

Mañana traeré los auriculares y pondré a Puccini.

Pura épica.  

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