Opinión

Los maliayos y la Pasión de Cristo

La Semana Santa de Villaviciosa no es solo un acontecimiento litúrgico de gran solemnidad para los maliayos, sino también una de las conmemoraciones del Auto Sacramental más antiguas de España. Con un legado que se remonta a varios siglos de antigüedad, la pasión, muerte y resurrección de Cristo constituye una efeméride de gran importancia cultural y social no solo para los vecinos de la Villa sino también para muchos que llegan de fuera atraídos por el sentimiento de devoción popular.

Los primeros registros de la Semana Santa en Villaviciosa datan del siglo XVII, cuando la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue fundada con el objetivo de organizar los actos relacionados con la Pasión de Cristo. Desde entonces, la tradición ha perdurado y evolucionado, incorporando nuevos pasos procesionales y elementos de devoción popular que han enriquecido los actos ceremoniales.

A lo largo de los siglos, la Semana Santa ha resistido momentos difíciles, como la Guerra Civil Española y los cambios socioculturales del siglo XX. Sin embargo, ha logrado mantenerse viva gracias al esfuerzo de la Cofradía de Jesús Nazareno, magistralmente  gestionada por su Mayordomo, Don Nicolás Rodríguez, la implicación de La Iglesia, el apoyo de la alcaldía y el fervor del pueblo.

Las procesiones son el alma de la Semana Santa de Villaviciosa. A lo largo de los días santos, se suceden distintos actos procesionales en los que participa la cofradía de Jesús Nazareno con imágenes de gran valor artístico y religioso. Algunas de las más destacadas son las siguientes:

En Jueves Santo se celebra la Procesión del Encuentro: Representa el emotivo momento en que Jesús, cargado con la cruz, se encuentra con su madre, la Virgen María. Es una de las escenas más conmovedoras y multitudinarias de la Semana Santa maliaya.

En Viernes Santo se celebra la Procesión del Santo Entierro: Merece especial atención la fuerza dramática del Desenclavo. A continuación tiene lugar una de las procesiones más solemnes, vivida con sobriedad y recogimiento por los fieles que acompañan la imagen del Cristo Yacente por las calles de la Villa.

En la noche del Viernes Santo se celebra la procesión del Silencio: Con las luces apagadas y en absoluto silencio, los maliayos portan cirios encendidos y recorren las calles del casco antiguo de Villaviciosa para acompañar a la Dolorosa y al Cristo Crucificado.

El domingo es el broche de oro de la celebración, en la que se celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte, que en contraste con la solemnidad de los días anteriores es un acto de júbilo.

La Semana Santa en Villaviciosa no solo es una manifestación religiosa, también tiene una gran relevancia cultural. La organización de las procesiones involucra a un gran número de habitantes, desde los cofrades hasta los músicos, los portadores de los pasos y los voluntarios que colaboran en la logística del evento.

Las diferentes ceremonias atraen a numerosos visitantes, con el impacto positivo que representa para la economía local. Hoteles, restaurantes y comercios ven incrementada su actividad durante estos días, situando a Villaviciosa como destino de turismo religioso y patrimonial.

A pesar de su fuerte arraigo en la tradición, la Semana Santa de Villaviciosa también ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Se han incorporado mejoras en la organización, se han restaurado imágenes y es difundida a través de medios digitales, lo que ha permitido que trascienda más allá de las fronteras asturianas.

El futuro de la Semana Santa parece asegurado gracias al compromiso de la Cofradía de Jesús Nazareno y la implicación de las nuevas generaciones. Los maliayos que son cofrades inscriben a sus hijos en la cofradía casi desde que son bautizados. Éstos de adultos  continúan asumiendo con devoción el legado de sus padres.

La celebración del Santo Misterio en Villaviciosa es mucho más que una celebración religiosa; es un testimonio vivo de la historia y la identidad de la Villa. Su riqueza patrimonial, la emotividad de sus procesiones y la devoción de su gente la convierten en una de las Semanas Santas más especiales de Asturias y de España. Manteniéndose viva a través del tiempo continúa siendo un referente de fe, cultura y tradición que emociona a propios y a extraños.

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