¿Aparatos del hogar?

Oigo en el telediario que el 75 por ciento de los españoles ponen nombre a sus electrodomésticos, móviles, Ipads y otros aparatos similares. Entre los nombres más comunes están Manolito, Bicho y Cassandra.

La explicación que da el locutor es que así se crea una conexión emocional con el aparato. En una palabra, lo humanizamos y lo hacemos un "algo" cercano a nuestras vidas.

O bien vivimos en una sociedad infantilizada, o bien estamos tan solos y desvalidos que necesitamos llamar a la aspiradora por un nombre propio para así sentirnos más cerca de esa buena maquina que tantos ácaros y corpúsculos indeseados nos evita.

- ¿Carmen, has visto a mi Manolito por ahí? Necesito mirar lo del viaje a Lisboa

- Creo que Casandra está haciendo demasiado ruido hoy. Me preocupa que ya esté sufriendo esa horrible obsolescencia programada.

Decirle cosas al gato con voz meliflua tiene su punto. Pero...dirigirnos al móvil o a la tablet con nombre propio indica como poco que estamos un poco mal del tarro, creo yo.

Posiblemente eso se solucione cuando dentro de unos años tengamos en casa un robot pequeñito que nos tome la tensión o nos de la mano para ir al baño. Al robot lo llamaremos Sebastian como a los mayordomos ingleses o Maruja como a la tía que tanto nos quería de pequeños.

-Sebastian, majo, ¿podrías hacerme unas torrijas, darme un masaje en los pies y limpiar la ducha?

Espero que las ciencias avancen en modo barbaridad y todos podamos tener en nuestros hogares un pequeño bichito bien mandado que huela a rosas de Bulgaria y nos haga el arroz en su punto.

Sería de gran ayuda ahora que vamos a vivir tantos años.

Yo al mío lo voy a llamar Socorrito.