Opinión

Verano azul

Feliz verano a todos los que disfrutan espatarrándose al sol y terraceando por las noches.

Y a los que cuentan los días para salir pitando con su maleta de piel y su bikini de rayas a destinos donde ponerse a la parrilla y bañarse en pacíficas aguas.

Y a los que empezaron la operación bikini sabiendo que volverán con tres kilos de más de las vacaciones.

Feliz verano a los playeros, a los montañeros, a los que van a desconectar del móvil, a los que van a aprovechar para estar más tiempo con la familia, a los bicicleteros y a los barbacoa lovers.

Felices semanas sin politiqueo, sin acritud, sin sobresaltos ni cazas supersónicos.

Feliz verano a todos los seres de buena voluntad que no pitan al que va despacio ni se irritan en las colas de los museos, supermercados y heladerías.

A los que huyen de los sitios donde hay mil personas por metro cuadrado y buscan pozas heladas y tenues atardeceres.

Y a los que salen en ansia viva a otros hemisferios o continentes.

Y a los que se quedan porque no les gusta viajar y están tan a gustito en su casa.

Y a todos los demás: a los que gruñen por todo, a los que protestan por el calor, a los que dicen sidriña, a los que son bordes con los camareros, a los que se saltan la cola de La Portalina, a los que ponen la música al alto la lleva en la piscina y luego se tiran en bomba, a los que se turran como cangrejos en las horas de canícula...

A esos...

Feliz verano también.

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