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Insultos y amenazas en las redes por ser mujer: así es la nueva violencia machista 3.0

Un estudio pionero de la Universidad de Oviedo, que lidera la doctora Soraya Calvo, saca a la luz el incremento de agresiones a través de internet: “Es otro medio en el que también impera el patriarcado””

Machismo en la red

Como a casi todas las mujeres con presencia en redes sociales, a Soraya Calvo también le ha pasado. La han insultado en Instagram y le han enviado fotos de genitales masculinos que ella, ni por lo más remoto, había solicitado.

No sabe por qué le ha ocurrido esto. Quizás porque ella habla explícitamente de feminismo en sus redes y tiene una ideología política clara. Quizás por ser doctora en Educación y Sexóloga, e investigar espacios sociales que a algunos pueden resultarles incómodos. Quizás, simplemente, por ser mujer: “Sí, pienso que es por esto último”.

Abre su despacho a las visitas. Una puerta que ha adornado con mensajes feministas: “Este local no tolera las agresiones sexistas”, reza uno de los carteles. En absoluto. Esta docente de la Facultad de Formación del Profesorado está abordando –junto a Diego Fernández, pedagogo y sexólogo– un estudio sobre las agresiones y “microagresiones” que sufren las mujeres a través de la red. Bajo el epígrafe “Desequilibrios comunicativos en contextos relacionales”, la investigación indaga sobre un fenómeno cada vez más extendido: la violencia machista 3.0.

Dice Soraya Calvo que ella la ha sufrido. “Muchas de las investigaciones en las que participo o que emprendo nacen de mi experiencia personal”. “La hemos sufrido, en mayor o en menor medida, la mayoría de las mujeres. Lo sabía antes de empezar la investigación, compartiendo testimonios con amigas y compañeras, y la recogida de datos me lo dejó aún más claro”, añade la experta.

Los resultados, aunque alarmantes, no le sorprendieron. “La encuesta, que incluía respuestas cuantitativas y cualitativas, comenzó con una muestra de alumnado de la Universidad de Oviedo. Participaron, principalmente, alumnas de esta Facultad (la de Formación del Profesorado)”. Luego la llevaron a mayor escala, y terminaron esta primera parte de recogida de información el pasado mes de mayo.

En el perfil de las participantes, encontraron ya la primera respuesta. La encuesta estaba abierta a mujeres y hombres (cis y transgénero), además de personas que se consideran no binarias. Y la inmensa mayoría de las participantes se identificaron como mujeres. “Consideramos que la escasa participación de hombres está ligada a que estas investigaciones –referentes a las relaciones afectivas y sexualidad– siguen relacionándose más al ámbito de socialización femenina”.

“Nosotras, las mujeres, lo sufrimos más”, apunta Elena Ocejo, abogada del Centro Asesor de la Mujer en Langreo. Afirma la letrada que “ellas son, en la inmensa mayoría de los casos, las víctimas de este tipo de violencia”, asegura la abogada del centro asesor. Y añade: “Se ha incrementado muy notablemente en los últimos años”.

Está en casi todos los perfiles de mujeres: “Da igual que tengas muchos o pocos ‘followers’ (seguidores)”, matiza Soraya Calvo. Del total de mujeres encuestadas para su estudio de la Universidad de Oviedo, casi todas habían recibido fotos de genitales masculinos sin haberlas solicitado. La mayoría también fueron insultadas “sin razón aparente” por personas con las que no tenían ningún vínculo.

Soraya calvo. | | MIKI LÓPEZ Carmen M. BASTEIRO

“Gorda”, “fea”, “puta”, “zorra”. Explica Soraya Calvo que los insultos “estrella” contra las mujeres siguen siendo los que apelan al físico y a la sexualidad: “Que te llamen puta en este contexto, y con esta connotación, no solo apela a la promiscuidad. También se refiere a algo sucio, algo malo… Es un insulto que se lleva repitiendo durante generaciones”. En cuanto a los que apelan al físico, apunta la Doctora en Educación, “tienen un claro componente machista. Porque, según el dictado patriarcal, el valor prioritario de la feminidad es la belleza”.

Las agresiones en la red suben -aún más- de tono cuando hay un vínculo emocional entre las personas que intercambian mensajes. “Con parejas o exparejas, hay microagresiones y agresiones. La conversación es más tóxica y se detecta más manipulación, entre otras desigualdades comunicativas”. Afirma Elena Ocejo que cada vez son más frecuentes los casos entre jóvenes: “Cuando ellas deciden romper la relación, ellos se vuelven agresivos en redes sociales. Se está viendo mucho, es un fenómeno que nos preocupa”.

El amor mal entendido. Según Soraya Calvo, “nos han enseñado a relacionarnos en base al amor romántico”. Los celos son, atendiendo a la encuesta de la Universidad de Oviedo, la “mecha” que enciende las hogueras de odio en las redes. Llama la atención de la investigadora “la insistencia” de ellos ante la negativa de ellas: “En ocasiones, continúan enviando mensajes sin que la mujer quiera recibirlos. Sin que haya una respuesta por su parte, o aunque la respuesta sea negativa”.

No todas las entrevistadas vivieron igual la situación. Solo la mitad de las participantes respondió con un rotundo “sí” a la pregunta de si consideraban que habían sido agredidas en las redes sociales. Más de un tercio afirmaron, en el estudio “Desequilibrios comunicativos en contextos relacionales”, que “no lo sabían o ni siquiera lo habían pensado”.

Sin denuncia, no hay delito. Elena Ocejo explica que “hay mucha ocultación en cuanto a la autoría, es realmente difícil actuar sobre los perfiles falsos”. Los encargados de la investigación son los equipos de delitos informáticos de Guardia Civil o Policía Nacional que, para actuar, requieren de una denuncia previa. Añade Ocejo que “el problema es que hacer este seguimiento es complicado”. La letrada recomienda “guardar los pantallazos con los comentarios abusivos, los insultos, los mensajes insistentes... Con todas las pruebas que puedan desaparecer”.

El anonimato que otorga la red es clave para esta violencia 3.0, cada vez más común. Pero esa “máscara” es solo la punta de un iceberg profundo: “No creo que las redes sociales sean el problema. Son un medio más para la violencia machista”, señala Soraya Calvo. Y añade: “El patriarcado lo toca todo. Vivimos un momento complicado; hablar de esto ya no es un tabú pero queda mucho camino para alcanzar la igualdad real”. No solo entre hombres y mujeres, matiza, sino entre todas las personas en su diversidad.

Ante todo, calma. Dicen las expertas que las víctimas del “hate” (odio) en redes no deben sentirse, en ningún caso, responsables. “Ellos son los culpables, ellos son los que tienen un problema”. En ocasiones, se trata de “la incapacidad de gestionar la frustración que le producen los problemas en diferentes ámbitos en la vida”. Especialmente, en lo relacionado con las relaciones sociales con las mujeres. Una forma sana de solucionarlo sería aprender a gestionar estas emociones negativas, quizás con la ayuda de un profesional.

La mayoría, en cambio, optan por la fórmula rápida. La que no cura a nadie, la que lleva a más frustración y puede terminar en delito. Sentarse delante del ordenador, abrir el perfil de una mujer y teclear cuatro letras: “Puta”.

EL ODIO EN REDES

Las víctimas

Las mujeres sufren el acoso en redes con más frecuencia. Una encuesta pionera de la Universidad de Oviedo desveló que la inmensa mayoría de las participantes fueron insultadas.

Los agresores

Los “haters” (del inglés “hate”, odiar) suelen ser desconocidos. Según la Doctora Soraya Calvo, son personas que “no saben gestionar su frustración” y la vuelcan amparándose en el anonimato. 

Los insultos

“Zorra”, “gorda”, “puta” y “fea” son los insultos que más se repiten. Según Calvo, “siguen apelando al físico, porque el patriarcado dictamina que tenemos que ser guapas, y al ámbito sexual”. 

Agresiones

Las agresiones en la red suben más de tono cuando víctima y agresor tienen un vínculo emocional. Según la abogada Elena Ocejo, “cada vez se da en chicas más jóvenes”. 

Denuncias

En caso de agresión, la denuncia es imprescindible para la correcta investigación del caso. 

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