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Elena Fernández-Pello

La caza

El sexo se practica a desgana en una sociedad que aún percibe a las mujeres como trofeos sexuales

Más de la mitad de las mujeres jóvenes, exactamente el 57,7 por ciento, reconoce haber mantenido relaciones sexuales con desgana una o más veces a lo largo de su vida. Una gran mayoría, el 77,5 por ciento, tiene la percepción de que frecuentemente las mujeres son tratadas como objetos sexuales.

Esas son solo algunas de las conclusiones del informe "La sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español", realizado a iniciativa del Instituto de las Mujeres y publicado esta semana.

Un par de días después de su presentación vino a ilustrar su contenido el vídeo de un colegio mayor de Madrid, el Elías Ahúja, en el que se puede apreciar las habilidades de los residentes para el cortejo.

Si esa es toda la sutileza que la nueva generación masculina puede desplegar para atraer a sus potenciales parejas sexuales se comprende que las jóvenes destinadas a aparearse con ellos acaben insatisfechas y atemorizadas. El acoso y la violencia sexuales, en mayor o menor grado, es algo que, como deja patente el informe en cuestión, han experimentado todas las mujeres.

En algunos aspectos, el estudio que el Instituto de las Mujeres ha realizado sobre la sexualidad de las españolas jóvenes –encuestando a una muestra representativa de las españolas de entre 16 y 34 años– es desalentador, al poner en evidencia lo mucho que queda por hacer para mejorar la educación sexual y sentimental de los españoles.

Resulta, a estas alturas y según los datos y las declaraciones recopiladas durante el verano pasado –cuando se realizaron las encuestas–, que las chicas siguen teniendo muy presente que en las relaciones sexuales lo que se espera es que los hombres lleven la iniciativa y que lo normal es que ellos sientan más apetito sexual. Perviven los estereotipos que les atribuyen a ellos el papel activo en la relación y a las mujeres el pasivo, de modo que ellos "tienden a tratar a las mujeres como trofeos de caza" –frase literal extraída del informe.

En ese contexto referirse a las mujeres como a "conejas" a las que hay que sacar de sus madrigueras o como a cualquier otro animal al que echar el lazo, sin respetar sus tiempos ni sus deseos, debe resultar de lo más natural.

Entre los jóvenes españoles, hombres y mujeres, sigue funcionando aquello de que las mujeres con muchas parejas sexuales son "unas zorras". En cambio, los hombres perciben a las mujeres como presas y a cada una que capturan se apuntan un tanto.

La dinámica es tan perversa que las mujeres acaban haciéndola suya, justificando y disculpando a sus congéneres masculinos, como si por su constitución no pudieran comportarse más que como cazadores nostálgicos de aquellos felices tiempos en las cavernas.

Probablemente, mucho tendrá que ver en la pervivencia de esas actitudes el consumo de porno a edades cada vez más tempranas. La pornografía en internet sirve como "escuela sexual" de muchos niños y niñas, esa es otra de las consideraciones que se hacen en el informe del Instituto de las Mujeres. Los modelos de relación que recrea distorsionan su imaginario sobre el sexo, lo que puede acabar siendo una gran fuente de insatisfacción y frustración para ellos y sus parejas.

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