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Materia gris | Los talentos de la Universidad de Oviedo

Sánchez Ramos: "Si tienes la puerta abierta, las empresas entran en la Universidad"

El ingeniero, que realiza modelos sobre el funcionamiento y la vida útil de aparatos, ve "voluntad" para conectar los sectores privado y académico

Luciano Sánchez Ramos, en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

La suma entre Universidad y sector privado da grandes resultados en las investigaciones de Luciano Sánchez Ramos. El catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial está al frente de un grupo formado por siete especialistas de los departamentos de Informática y Estadística que se dedica a realizar modelos matemáticos con diferentes propósitos, como diagnosticar el funcionamiento de aparatos o instalaciones industriales y predecir los fallos que pueden presentar en un futuro. Una labor que el equipo realiza habitualmente en colaboración con sociedades punteras. "No creo que la conexión entre empresa y mundo académico sea pequeña cuando hay voluntad por ambas partes. Si tienes la puerta abierta, siempre hay alguien que llega", señala el profesor, que también es cofundador de la spin-off Idalia, radicada en Avilés y dedicada al análisis inteligente de datos.

El grupo de Metrología y Modelos que dirige Sánchez Ramos acumula contratos con empresas desde hace años. "Nuestra tarea consiste en realizar modelos funcionales. Para ello, analizamos diferentes variables de un determinado aparato y, mediante algoritmos, predecimos los posibles cambios que puede sufrir o intentamos conocer su vida útil", señala el docente. Bajo estas premisas, han ejecutado diagnósticos en aerogeneradores (molinos de viento para la producción de energía eólica), a través de convenios con empresas tan destacadas como Indra o Gamesa. "Se ponen en contacto con nosotros para que realicemos estos trabajos, que les son de gran utilidad por muchos motivos, pero especialmente para reducir costes a largo plazo", añade.

Otra de las recientes investigaciones del equipo se llevó a cabo gracias a un acuerdo de colaboración con Rolls-Royce. Los especialistas desarrollaron operaciones basadas en la inteligencia artificial para determinar la tendencia del deterioro en los motores turbofan BR700-715, fabricados por la multinacional y empleados en los aviones Boeing 717, que utilizan compañías como Vueling. También han ejecutado, codo con codo con expertos de la Universidad de Pensilvania Estate, modelos sobre la adherencia del hielo en aspas de helicópteros. Algo básico para optimizar el vuelo de estos aparatos. Y, ahora, están a punto de firmar un contrato con Navantia para realizar este tipo de diagnóstico en hélices de barco y baterías de submarinos.

"Hacemos diseños experimentales y tests estadísticos para validar algoritmos sobre datos que son imprecisos, inciertos, vagos", explica Sánchez Ramos. Unas técnicas que los miembros del grupo emplearon también hace unos meses para desarrollar modelos aplicables a la gestión de recursos humanos, por encargo de las empresas Indra y Treelogic. El objetivo consistió en diseñar gráficos que permitan conocer la adecuación de los trabajadores a su puesto en función de factores como su capacitación o formación.

Esa misma idea de optimizar recursos, que guía toda la actividad del equipo de Sánchez Ramos, le ha llevado a firmar otros proyectos de magnitud, como uno destinado a la monitorización del consumo eléctrico de calefacción (desarrollado a instancias de la empresa González Soriano) u otro orientado a medir la distribución de energía para carga de vehículos eléctricos, es decir, calcular cuánta vida le queda a una batería (junto a otro grupo universitario, dirigido por Manuela González). "La verdad es que no nos falta trabajo, hasta el punto de que no siempre podemos hacernos cargo de todas las propuestas que recibimos", apunta el catedrático para rebatir la asentada creencia de que sector privado y ámbito universitario viven de espaldas. "Siempre ha habido colaboración. Puede que la crisis haya menguado algunos presupuestos, pero el contacto nunca se ha perdido", remata.

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