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DAVID BARRASO ROMERO | Decano de Asturias del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales

"En muchos incendios, seguro que hubo intencionalidad, y en otros, negligencia"

"Es imperdonable que una región como Asturias esté desaprovechando el potencial del sector forestal, con el empleo y la riqueza que puede crear"

David Barraso Romero, ayer, en Pola de Lena. FERNANDO GEIJO

David Barraso Romero, decano territorial de Asturias del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, denuncia la falta de gestión y planificación de la zona forestal, que supone el 70% de la superficie del Principado. Esta carencia ha sido clave para que miles de hectáreas se hayan quemado en las últimas semanas a causa de fuegos provocados, intencionadamente o no, por la mano del hombre. Pero, además, esa carencia de un proyecto, de un plan integral, impide que el sector forestal genere riqueza y empleo en la región, pese a su enorme potencial para hacerlo.

-¿Los incendios han sido claramente provocados?

-Las causas naturales suelen ser razones excepcionales, que en el caso de Asturias sería un rayo, y es evidente que esto no los ha provocado. Así que sólo queda el origen antrópico, es decir, por la actividad humana. Y ésta puede ser por negligencia accidental o bien por fuegos intencionados.

-Todo apuntaba a quemas descontroladas de ganaderos o incluso de cazadores.

-Habrá habido varias causas y varios causantes. En muchos, seguro que hay intencionalidad, y en algunos habrá negligencia. No se pueden achacar a un solo colectivo ni a dos todos los incendios.

-En las investigaciones parece que se han hallado restos que apuntan al origen de algunos fuegos en lugares de difícil acceso.

-No conozco los detalles, pero, por el trabajo realizado durante años de investigación, sí sé que cuando confluyen todas las circunstancias y empieza un fuego, da lugar a que personas que tenían intención de provocar un incendio terminen haciéndolo. Es el efecto contagio. Y a veces buscan zonas donde piensan que no se les descubrirá.

-¿Se refiere a pirómanos?

-Los pirómanos son personas que sufren algún trastorno, mientras que el incendiario es el que tiene un objetivo. La intencionalidad se ve por la zona en la que se ha originado el fuego, y si hay que ir a un lugar ex profeso, es evidente que hay una intención, no una negligencia.

-¿Cree que puede haber influido el cambio legislativo?

-No. Es demasiado pronto y no es tan simple cambiar el uso de un terreno sin más, porque se tienen que cumplir una serie de requisitos.

-¿Cree que Asturias puede tener éxito si solicita que se le considere zona catastrófica?

-Sin duda, lo que ha ocurrido es una catástrofe, y lograr esa declaración es una manera de que los afectados puedan acceder a ayudas para recobrar, en parte, lo perdido. Regenerar es muy costoso.

-¿Son suficientemente duras las penas para quienes provocan este tipo de incendios?

-El problema no es ese. No se puede empezar por ahí, sino por prevenir y aplicar medidas para que no se favorezcan las causas. Y si ocurre, entonces que se apliquen las condenas que se consideren oportunas. El estado en el que se encuentran los montes propicia que una negligencia o intencionalidad provoque que un conato de incendio se propague y se convierta en un gran incendio, que es cuando supera las 500 hectáreas de destrucción. Antiguamente también se hacían quemas, pero había ruptura de combustible. Es decir, como se hacían labores de limpieza, había cortafuegos que impedían la propagación. Pero la inversión se hace sólo en la extinción, sin tener en cuenta la prevención.

-¿Está abandonado el sector forestal en Asturias?

-Es imperdonable que se esté desaprovechando de esta manera, con tanto paro y una crisis que acabamos de superar. El sector forestal y el medio rural están íntimamente ligados y las oportunidades que ofrecen son enormes.

-¿Y no se invierte lo suficiente?

-No se apuesta por ello. El mayor presupuesto se mueve a nivel europeo, pero para cualquier proyecto es necesario tener planificación, y aquí seguro que hemos perdido muchas ayudas y mucho aprovechamiento. No se trata sólo del maderable, que es en lo que siempre se piensa cuando se habla del monte. También está el cinegético, la ganadería extensiva, el micológico, la miel, el uso turístico, las visitas con fines naturalistas... Es que son tantas las cosas que se podrían hacer y que generarían empleo y riqueza, que es imperdonable lo que se está haciendo.

-¿Se podría tomar ejemplo de otras comunidades autónomas o de otros países?

-Por supuesto. Es una pena que tengamos una Escuela Politécnica en la que invertimos mucho dinero para formar a profesionales, cuyos conocimientos desarrollan y aplican después en otras regiones y en otros países, donde encuentran trabajo sin problema. Hablamos de Francia, Finlandia y Canadá, por ejemplo. ¿Cómo puede ocurrir esto, cuando Asturias es eminentemente forestal? Hay mucho que hacer, y se está perdiendo tiempo y dinero.

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