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En corto y por derecho

El inglés en Cangas del Narcea

Las razones por las que el portavoz socialista Fernando Lastra no habla bien el asturiano

Fernando Lastra Valdés, portavoz socialista en el Junta General del Principado, lleva treinta años en el Parlamento regional haciendo uso del español o castellano y así se ha evitado problemas. Hace dos semanas que el Parlamento asturiano se pregunta si la comisión de estudio sobre el régimen de protección y promoción del asturiano puede ser convocada en asturiano además de castellano y no sabe qué contestarse. Un diputado pue falalo, pero no está claro que si lo hace la institución se ajuste a Derecho.

Al calor de este asunto, un periodista le preguntó a Fernando Lastra si sabría dar una rueda de prensa sobre este asunto en asturiano y el portavoz socialista respondió con rostro oscuro y gesto neutro: "No puedo, no lo hablo bien". Treinta años después reconoce esa carencia. No es culpa de Lastra ni de Valdés. En Cangas del Narcea, de donde procede el portavoz, los serenos importaron grandes cantidades de castellano. El colectivo de vigilantes nocturnos estaba harto de las burlas que hacía de su habla canguesa Francisco Alejandro Pérez Martínez, escritor, premio "Príncipe de Asturias" de las Letras, conocido como Francisco Umbral. "Nun me armen el truenu los señoritus", escribía (incorrectamente) Umbral, que tan bien escribía. Y los serenos cangueses, grandes lectores de Umbral, decidieron ponerle remedio.

Primero, semanalmente y a través del Alsa, enviaban paquetes llenos de vocablos terminados en "as" y en "os". Eran las remesas lingüísticas. Los aldeanos se las regalaban a sus hijos para cuando también tuvieran que ir a Madrid a ganarse el sustento. Los chavales iban al Narcea a lavarse la lengua materna y paladear los vocablos y así, después de semanas y semanas, acababan hablando en perfecto castellano. Después, cuando los serenos se jubilaron, regresaron en Alsa y asentaron un castellano de Madrid que cuando se cruzaban con su vecina Jovita la llamaban "señá Encarna" y cuando oían una gaita se ponían a entonar "Por la calle de Alcalá". Por eso en Cangas del Narcea, Madrid es más que un bar. Si llegan a haber vuelto los cangueses de Nueva York -esos que bajo el póster de Manhattan pusieron "Cangas del Narcea, vista parcial"- ahora se hablaría inglés y Fernando Lastra no podría ser portavoz de los asturianos en la cámara asturiana por no dominar el castellano.

Ésta es la explicación de que Lastra no hable bien el asturiano y hay que decirlo en su descargo y en su descarga, compañeros y compañeras.

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