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El potencial del sector agroalimentario de la región

Asturias, a la vanguardia en la búsqueda de nuevos productos con residuos del vino

La madera de poda y los raspones generan biocarbones "interesantes" para mejorar la fertilidad de los suelos | Científicos de la región transforman las pepitas de la uva en aceites que tienen aplicación en la medicina y la cosmética

Asturias, a la vanguardia en la búsqueda de nuevos productos con residuos del vino

Asturias saca el máximo rendimiento a su vino con el aprovechamiento también de sus residuos. Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) transforman las pepitas de uva, los raspones, el bagazo (los restos del fruto después de la extracción del jugo) y la madera de poda en aceites y biocarbones "muy interesantes" desde el punto de vista económico, medioambiental y sanitario. La bióloga canguesa y responsable del grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia, María del Carmen Martínez, aseguró ayer en Oviedo que los desechos de la vid asturiana contienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes con aplicación en los sectores de la medicina y la cosmética. "Los resultados de los estudios son positivos e indican que los compuestos de los desperdicios tienen incluso efectos antitumoriales", subrayó.

En el proyecto trabajan tres centros dependientes del CSIC: la Misión Biológica de Galicia, el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM) y el Instituto Nacional del Carbón (Incar), con sede en Oviedo. "La elaboración de aceites a partir de las pepitas de la uva no es nuevo en Europa. Lo hace Francia, pero con variedades tintas y mundialmente conocidas. En Asturias tenemos tipos únicos y especiales que podrían dar grasas muy aromáticas e interesantes para el consumo humano", destacó Martínez en las Jornadas de integración de la viticultura asturiana en el panorama internacional, celebradas en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.

En ellas también participó Teresa Álvarez Centeno, del Instituto Nacional del Carbón, que ahondó en la transformación de los residuos del vino en biocarbones. A través del calentamiento a 700 grados centígrados de raspones o maderas de poda, los científicos son capaces de producir carbones vegetales "con características muy diferentes que tienen un amplio abanico de aplicaciones". A través de este proceso, los desechos pierden entre un 60 y un 80% de su masa y aumentan sus impurezas un 15%. Estas condiciones los hacen aprovechables como combustibles y útiles para mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas y reducir la contaminación de aguas subterráneas.

Centeno explicó que hay otro proceso "más sofisticado" que permite obtener carbón activado a partir de los viñedos. Como paso previo, se somete los residuos a una "deshidratación de la biomasa por tratamiento térmico a presión, en suspensión acuosa y a temperaturas entre 180 y 250 grados". A continuación se activan los materiales a 700 o 900 grados en una atmósfera reactiva para conseguir una mayor porosidad. "El producto final sirve para absorber contaminantes, capturar dióxido de carbono de las centrales térmicas y mejorar los sistemas de almacenamiento de energía", detalló. En definitiva, "eliminamos residuos y las plagas asociadas a ellos y los transformamos en recursos", sintetizó.

Con este avance, los viticultores asturianos podrán sacar "un doble aprovechamiento a sus viñedos", en palabras de María Carmen Martínez. La investigadora cree que el sector "es rentable, atractivo para los jóvenes y tiene un gran futuro por delante". Su grupo de investigación trabaja también en la descripción de las variedades de uva del Camino de Santiago para explotar el atractivo turístico de su paisaje.

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