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Las familias asturianas, ante la huelga de tareas fuera del aula

Deberes que perpetúan desigualdades

Los padres exigen un cambio en el modelo escolar que sobrecarga con trabajo para casa a los niños, expuestos a jornadas interminables en las que compaginan clases particulares y actividades extraescolares que repercuten en el rendimiento

"Lo injusto no es el hecho de que a los niños les pongan o no deberes sino que sus notas dependan de la educación o del nivel económico de sus padres para llevarles o no a clases particulares". La opinión de Corona Cecchini, vecina de Posada de Llanera y madre de tres hijos, es coincidente con la de muchas familias asturianas que viven los deberes como auténtica carga. No porque los niños no alcancen a la realizar la tarea -que a veces ocurre- sino porque éstos no dispongan de tiempo suficiente para hacerlos debido a que sus padres pueden sentirse incapaces de ayudarles con los deberes debido a sus obligaciones laborales, o por falta de recursos para enviarlos a clases particulares de refuerzo. Entonces, los deberes pueden tener como consecuencia no buscada el aumento de la brecha de rendimiento entre los alumnos de distintos contextos socioeconómicos, opina Cecchini. "Hay niños de notable y sobresaliente que también van a clases particulares", agrega, "y es injusto que otros no puedan permitírselo".

Los hijos de Corona, de 11, 13 y 15 años, respectivamente, no han secundado la huelga de deberes convocada a partir de este fin de semana en Asturias por la Federación de Asociaciones de Padres y Madres "Miguel Virgós", "porque si existe una norma, hasta que no cambie, habrá que seguirla", dice la progenitora. Pero hay semanas que se hacen muy cuesta arriba. La más pequeña de los tres, de 11 años, emplea una hora diaria aproximadamente para los deberes "y eso que es bastante rápida", según la madre. Después están las extraescolares, Los mayores acuden a clases al conservatorio lunes y miércoles, que les ocupan hasta cerca de las ocho de la tarde. Los otros días practican deporte. "En nuestro caso es un no parar. Se van de casa a las ocho de la mañana y llegan a las ocho y media de la tarde, ¿se van a poner a hacer deberes a esa hora?", plantea la madre. "Hay otros modelos educativos", asevera.

Según los datos del Ministerio de Educación más del 90% de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) desarrolla alguna actividad extraescolar, y algo más de la mitad, dos o más a la semana. "Compaginar todo es complicado", reconoce esta madre, quien ya ha tenido que suspender más de un plan de fin de semana en familia porque los niños decían: "No podemos ir, hay examen".

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