Caso tipo. Estudiante de doctorado. Universidad de Oviedo. Se matriculó en el curso 2015-16 de primero de doctorado con la esperanza de que hubiera convocatoria de las "Severo Ochoa" pero fue un curso en blanco. Sus directores de tesis decidieron utilizar parte de la financiación de su grupo para contratar al chaval y que no dejara la tesis. Curso 2016-17, el mismo alumno, confiando en que saldría la convocatoria de las "Severo Ochoa", continúa con el doctorado. Su grupo de investigación tenía financiación hasta hace un mes. Ahora, el chaval, sin ningún tipo de ayuda, está pendiente de una estancia en el extranjero, para obtener mención internacional en el doctorado. Al no tener vinculación contractual con la Universidad no puede solicitar las ayudas a la movilidad de la institución académica para paliar el retraso de las "Severo Ochoa". Se lo tendrá que pagar de su bolsillo. Más problemas. Con la nueva normativa los estudiantes deben tener finalizada la tesis en tres años. Peligra cumplir ese trámite. Ya ha consumido dos cursos. "Este retraso y esta falta de empatía de nuestros gobernantes lastra nuestras ilusiones y, lo que es peor aún, la posibilidad de mejorar nuestra Universidad", se quejan los jóvenes doctorandos. Quieren realizar colaboraciones docentes, una nueva figura creada por el Rectorado por los jóvenes investigadores. Tampoco es posible. Se les exige una vinculación contractual con la Universidad que no tienen. Se han quedado fuera del sistema.
