La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturama

Dos años y medio de trámites para poder escanciar sidra en Singapur

Un grupo de asturianos sortea largas gestiones para la primera espicha en el país asiático: "Lo que no consigamos nosotros..."

"¡Lo que no consiga un asturiano...!". El empeño de Belén Torrente y de otros integrantes de la colonia del Principado en Singapur ha permitido festejar la primera espicha tradicional de sidra en esta república asiática, pese a un cúmulo de complicaciones que llegó a retrasar más de dos años la ansiada celebración.

"Todo español que se precie, cuando emigra, hace patria de su país y de su ciudad allá donde vaya, pero algunos, además, sienten morriña por la gente, la comida o las tradiciones", explica Torrente, que se puso en marcha para superar esa situación a 11.475 kilómetros del Principado. Y es que ella misma reconoce que "vivir en Singapur tiene muchas ventajas, pero otras tantas desventajas", entre las que, a su juicio, destaca el que no hay sidra.

No sin cierta guasa, Belén Torrente añade que la falta de tradición lagarera de los asiáticos resulta "difícil de llevar", aunque también afiló la tenacidad para lograr unas botellas del néctar de la manzana que hicieran más llevadera la vida lejos de las pomaradas. Así fue como los asturianos se pusieron manos a la obra para buscar importadores que quisieran comercializar un producto que apenas se conoce en Singapur, contra lo que sucede con el vino. "Traer un palé de sidra se nos convirtió en misión poco menos imposible. Aunque se ofrecía de antemano el pago total, no querían y ponían miles de excusas para no realizar todos los trámites de aduanas o de impuestos....", relata Torrente. Así que, ante la negativa de los lugareños, el objetivo se centró en conseguir un exportador de sidra. "Ahí todo fue a la primera y sin importar el trabajo o el papeleo que conlleva", celebra esta emigrante, feliz por el "sí de un asturiano a otro, el entender que sin la sidra no se puede vivir, que una reunión, comida o celebración, no es igual si no hay unos culetes", que, en su caso, fueron de Tiñana.

Compartir el artículo

stats