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JUAN CARLOS DEL CAMPO | Biólogo pionero en las administraciones estatal y autonómica

"Aunque los furtivos mataron al guarda de Muniellos, yo andaba por el monte solo"

"En la reserva pusimos de numerus clausus 20 visitantes diarios como podríamos haber puesto 12 o 30, pero en la Administración es más fácil poner que cambiar"

El biólogo Juan Carlos del Campo, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Juan Carlos del Campo González (Camuño, Salas, 1951) fue el primer biólogo del Icona en Asturias, el primero que hizo un inventario de urogallos de España y el primer director de Muniellos cuando fue declarado reserva biológica nacional.

A partir de las transferencias autonómicas llevó ocho servicios distintos del Principado, siempre relacionados con la conservación de la naturaleza, sobre todo caza y pesca, a veces guardería y espacios protegidos.

Fascinado por los animales, cazador y taxidermista desde muchacho, fue un chaval de campo que llegó a la Universidad. Está casado y tiene dos hijos, chico y chica, mellizos, de 24 años.

- ¿Cómo era el Icona?

-Administraba toda la superficie forestal de España, el 50% del territorio, más parques nacionales, caza y pesca. Estaba muy contestado por el sector incipiente de la conservación. Nosotros éramos el aire fresco, pero no sabían qué hacer con nosotros.

- ¿Qué hicieron?

-Nos vincularon a los parques nacionales y nos ubicaron por proximidad. Al canario Antonio Machado, al Teide, y al andaluz, a Doñana. Yo podía escoger Ordesa o Covadonga.

- Escogió quedarse.

-Llevaba Asturias, Cantabria y País Vasco. Mis jefes fueron Juan Jesús Molina Rato, del que aprendí a ser concienzudo en los trabajos, y Jaime Vigón, que había presidido la Diputación, que me enseñó a mandar discretamente. Eran dos señores antiguos a los que yo tuteaba.

- ¿Se sabía qué era un biólogo?

-Me presenté como compañero del Icona a un guarda de pesca del Narcea en un puente. "¿Y de qué tas allí, chavalín?". Soy biólogo. "¿De los que andan con la cuba de peces?". Contesté: No, soy ingeniero biólogo. Se cuadró.

- Primeros cometidos.

-Hacer un plan de caza para la reserva del Saja (Cantabria), donde el exceso de población de venados provocaba baja calidad de los trofeos. Ya me habían comprado un rifle. Di una clase teórica, cacé un venado y los guardas me reconocieron que sabía.

- ¿Y en Asturias?

-Estábamos empeñados en criar rebecos en cautividad. Llevé la dirección de Muniellos. Había que poner un numerus clausus y se pusieron 20 diarios, como se podían haber puesto 12 o 30. En la Administración es más fácil poner algo que cambiarlo. Fue de lo más demandado de Madrid.

- Asesinaron a un guarda.

-Había mucho furtivismo por la tradición de caza y porque la minería movía dinero. Había tres guardas, uno de Tablizas, que vigilaba la entrada, y dos para la caza: Manolo Aumente y Chiquito. Chiquito tropezó con furtivos y murió en un tiroteo. El día de su funeral tiraron una piel de corzo a la puerta de la casa de Benjamín.

- Imputaron a un menor,

-"El rubio de Moncó". Salió del reformatorio y siguió furtiveando, le busqué un trabajo y no cuajó: era carne de cañón. Murió.

- ¿Daba miedo?

-Había mucha demanda, poca oferta y mucho animal con escopeta. No me amilané. Andaba por el monte solo. En un bar de Rengos, como en el Oeste, pedí un refresco y me abrí en cuanto pude.

- En 1984 pasó a depender de la Consejería de Agricultura.

-Jesús Arango me hizo responsable de conservación de la naturaleza, caza, pesca y espacios protegidos. Hoy es una dirección general con muchos técnicos.

- Los daños de la fauna.

-Hasta 1986 se decía, como ahora, que se cobraba tarde, mal y nunca. Se pactó que los daños del oso y el lobo fueran para las haciendas campesinas y se puso la condición de pertenecer al Régimen Especial Agrario.

- ¿Quedaba alguien fuera?

-En las Cuencas había obreros mixtos que eran competencia desleal de los ganaderos. El Fapas hizo la primera campaña contra mí y "Quercus" editorializó calificándome como el instigador del fin del oso. Los ecologistas se quejan ahora de que las ayudas van a personas que no viven del ganado, las que nos forzaron a meter en tiempos de Jesús Cadavieco.

- ¿Ya estaba usted casado?

-Hasta 1987 seguí viviendo en comunidad, en la calle Santa Susana con Graciano Fernández Cepedal, profesor de Ecología; Pepe Arpírez, geólogo en Fomento; con el músico Luis Marvin, el pintor de brocha "el Brisca" y Enrique Dapena, ahora en la Escuela de Agricultura de Villaviciosa. Algunos pasamos a una casa cerca de La Gruta y se nos unió Guillermo Morales, hoy catedrático de Geografía en Canarias.

- ¿Y después?

-Fui a vivir con mi mujer, Pepi Rilo, de La Espina.

- ¿Cuándo la conoció?

-En los ochenta, en unas fiestas. Ella trabajaba en Oviedo en un estudio de arquitectura y luego en el colegio de Veterinarios. Formalizamos en 1992, cuando nacieron los mellizos, Carlos y Paula. Ella es ingeniera de minas, hace prácticas en EDP y pruebas para prácticas en Repsol en Madrid. Él hizo grado superior forestal y lleva el albergue de Saliencia.

- ¿Fue un padre presente?

-Más mi mujer, pero yo siempre tuve mucha vinculación.

- Se manifestaron en su contra por la ley de caza.

-Asturias fue la primera autonomía que tuvo ley de caza. Pasados casi 30 años está bien, basta adaptar el reglamento. En Cangas del Narcea había 24 cotos y muchos cazadores no tenían dónde cazar. Para que pudieran hacerlo, se hizo un solo coto que permitió que mucha gente cazase a buen precio y que sobrevivieran muchas especies.

- ¿Cómo hicieron la concentración de 150 a 40 cotos?

-Quisimos que la Sociedad Astur de Caza, fantástica, fuese el germen para otras sociedades, pero ellos quisieron llevar la administración de todos los cotos. Cuando dependía de María Luisa Carcedo, nos organizaron una manifestación, encabezada por su amigo Laudelino Campelo. Gritaba por el paseo de los Álamos: "Campín, capullo, la caza no es lo tuyo" y "María Luisa, pendejo, suelta ya el conejo".

- Recogió a "Paca" y a "Tola".

-En el cuartel de la Guardia Civil de Pumarín me dieron las dos oseznas en cuello. No había dónde meterlas y las entregué al Fapas, por lo que me riñó mi jefe y amigo Antonio Suárez Marcos. Rodríguez-Vigil hizo el cercado de los osos y dinamizó Teverga, Quirós y Proaza.

- Jabalíes de ciudad.

-Los paisanos se concentraron en las urbes, y bichos como las gaviotas, los córvidos o los jabalíes van donde el paisano. Pasa en todas las grandes ciudades de Europa. En la alta montaña hay menos alimento. Hay que matar los jabalíes de la ciudad, pero es impensable que haya una partida de cazadores por Valentín Masip. Acabará en manos de empresas.

- Lobos.

-Hay muchos en montes medios y bajos, en Las Regueras, Candamo, Salas y Grado. Tiene que haber una población que permita una convivencia equilibrada o volverá el veneno. El plan del lobo deja a los cazadores ejercer el control si van con guardas.

- ¿Qué tal piensa que le ha tratado la vida hasta ahora?

-Formidable. He sido un privilegiado. Me han pagado por hacer lo que me gusta, vive mi madre, mi mujer es sensacional y estoy muy orgulloso de mis hijos.

- ¿Qué tal la jubilación?

-Con los cambios de Cascos, me cesaron. Cuando me quisieron recuperar estaba muy bien en el puesto base, con más vida social. Soy un tío feliz.

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