La hipotética alianza de la izquierda, a la que tanto llaman PSOE, IU y Podemos, tiene todos los visos de convertirse en un culebrón de verano más que en una posibilidad real. Ni siquiera el acercamiento que hoy escenificarán Podemos e IU persigue formar un bloque sólido, sino simplemente adoptar acuerdos sobre ciertos asuntos. La posibilidad de conformar una alianza en las próximas elecciones autonómicas es una posibilidad que no gusta a ninguna de las direcciones de ambos partidos. Así las cosas, el mes de julio ha ido pasando entre llamadas del Gobierno que desoyeron las dos formaciones de izquierdas y reproches a tres bandas para justificar un acercamiento que a ninguno de los tres partidos interesa en estos momentos desde el punto de vista estratégico.
IU acude a la reunión de esta mañana con el objetivo de establecer un calendario de lo que ha venido a llamar "la agenda del cambio", aunque de fondo se trata de tensar de más las exigencias de acercamiento para señalar a Podemos como responsable hipotético futuro de la falta de entendimiento. Los podemistas ya advierten que plantearán a IU "un acuerdo sobre temas de sentido común". Podemos no ha dudado en reconocer que a la formación no le interesa por ahora "un acuerdo amplio".
Así las cosas, hoy se tratará más que nada de tantearse, a la espera de que el PSOE dirima sus primarias. Caben dos opciones: o la FSA abre un proceso con todos los riesgos o se abrirá la batalla por la hegemonía de la izquierda en Asturias ante un PP que no esconde su satisfacción y que confía en una unidad electoral de la derecha que tampoco se antoja fácil por ahora.
