La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apuntes De Mecánica Política

El PSOE se enreda

Otros partidos aplauden ante el avispero socialista | El carbón está tras las tensiones | Defender las térmicas da un respiro al mineral autóctono, no al revés

Hay mucho ruido en el PSOE, y mucho enredo; tanto que en ocasiones la madeja atrapa al propio partido. Una muestra de ello es la conversación entre dirigentes del partido en Mieres y del Soma en la que proponen boicotear un acto al que acude el presidente del Principado. ¿Es una conversación privada? ¿En un canal con 50 miembros? Si se cree la tesis, ¿no lo es también el "Luis, sé fuerte" de Rajoy a Bárcenas? Y eso que era entre dos.

Lo trascendente de esa conversación es lo que revela: una fractura grave en un partido en el que algunos cuadros no ocultan filias y fobias que traspasan lo político. En una actitud que aplauden el resto de partidos, dirigentes del PSOE que en otro tiempo elogiaban y ensalzaban a Javier Fernández ahora le critican abiertamente, como si no fuera su gestión como presidente un valor que el nuevo PSOE deberá defender en las autonómicas de 2019. Los disparos en el propio pie no son buen aliado para ganar carreras.

En esta situación tiene un peso relevante el carbón. Por un lado, el sindicato minero SOMA trata de resolver la tierra de nadie en la que se encuentra por su ruptura con UGT; por el otro, intenta convertir en acción política de la FSA la inversión que supuso su apoyo a Pedro Sánchez y a Adrián Barbón, algo legítimo y que a nadie debería extrañar.

Pero la cocina de todos esos elementos da como resultado en ocasiones platos de sabor extraño. Un ejemplo es la posición de los socialistas ante el cierre de las térmicas y la acelerada descarbonización, dando a entender que la defensa del carbón asturiano lleva implícita la defensa de la continuidad de las térmicas o la capacidad de acción del Gobierno para evitar un cierre cuando las empresas eléctricas lo decidan. En realidad el argumento debería ser al reves: la defensa de las térmicas es la única opción de futuro al carbón nacional.

Primero, la posición de la UE sobre la minería es clara. A partir de este año no pueden continuar explotaciones deficitarias y las que sigan habrán de devolver las ayudas europeas recibidas hasta la fecha. Esta norma deja en muy complicada situación a Hunosa. Los números en otra aún peor. La producción de carbón en España rondó en 2017 los 2,8 millones de toneladas, y la aportación de Asturias se limitó a unas 570.000 toneladas. De ellas, correspondieron a pozos de Hunosa apenas 250.000 toneladas, menos de la mitad. El resto salió de Coto Minero Cantábrico (Degaña) Carbonar (Cangas del Narcea) y Pilotuerto (Tineo). Pero las necesidades de carbón de las térmicas asturianas, vitales hoy en día para garantizar suministro eléctrico competitivo a la industria, superan los 3 millones de toneladas. Un sencillo cálculo matemático permite constatar que el carbón de Asturias ni siquiera abastecería durante 5.000 horas a un grupo de 350 megavatios, lo que no representa menos de la quinta parte del total de potencia de generación del Principado. Casi toda la producción de Hunosa se quemó en La Pereda, siete veces más pequeña que un grupo de 350 megavatios

Es decir, sólo la continuidad de las térmicas puede garantizar algún horizonte al carbón asturiano, mientras que la condición inversa, plantear que defendiendo el carbón se defiende también a las térmicas resulta una falacia. Pero hasta en esta cuestión el ruido interno puede más que la lógica.

Compartir el artículo

stats