Juan C. GALÁN

Ángel Artime da la vuelta al globo para darle la vuelta a la realidad. El religioso salesiano luanquín pasará los próximos seis años en la ciudad más austral del mundo: Ushuaia, en Argentina y en pleno Cono Sur será donde Artime establezca su cuartel general como nuevo Provincial de la Orden Salesiana para la zona Sur de Argentina, puesto para el que ha sido designado por el Rector Mayor de la congregación, el mexicano Pascual Chávez. El religioso luanquín coordinará un proyecto humanitario que da cobertura a 1.000 jóvenes que viven en condiciones miserables, y de los que se ocupa un equipo compuesto por 257 salesianos y 2.000 seglares.

Ángel Artime tomará posesión de su nuevo cargo el próximo 31 de enero. Sin embargo, el religioso luanquín permaneció durante los meses de septiembre y octubre en el territorio sobre el que mantendrá su jurisprudencia, y que va desde la capital, Buenos Aires, hasta Tierra de Fuego (una distancia de 3.079 kilómetros), a modo de toma de contacto. Sus ojos vieron cosas inimaginables. Menores cuyo hogar son las calles, abandonados a su suerte. También las llamadas «Villas miseria» de Buenos Aires, chabolas donde se apiñan varias familias sin agua corriente y en las que los residuos fecales fluyen por la superficie ante la falta de desagües. Artime expone un caso dramáticamente paradójico: el de San Carlos de Bariloche, el lugar de vacaciones por antonomasia para los argentinos. A pocos metros de los suntuosos casinos y hoteles, 30.000 inmigrantes, principalmente bolivianos y paraguayos, se hacinan en casuchas.

Ángel Artime intentará, hasta 2016, colaborar a mejorar la situación de los menos favorecidos del Sur de Argentina. El religioso luanquín coordinará los trabajos de las 82 obras que los Salesianos auspician en la zona, la mayoría de las cuales se dedica en exclusiva a la Educación. Así, la congregación activa colegios y centros de Formación Profesional para mejorar la formación de los 670 jóvenes que los llamados «Hogares Don Bosco» intentan retirar de la calle. «Muchos de ellos llegan después de que son detenidos por delitos menores. La Fiscalía nos los entrega y nosotros tratamos de reinsertarlos. Otros, simplemente están abandonados», señala Ángel Artime. El religioso luanquín también coordinará los colegios rurales destinados a la comunidad indígena de los Mapuches y la pequeña cooperativa que los Salesianos han fundado con los llamados «cartoneros», niños que, principalmente en los suburbios de Buenos Aires, malviven revendiendo el cartón que encuentran en la calle.

«Estoy muy ilusionado, porque voy a trabajar con jóvenes, que es mi verdadera vocación», señala Ángel Artime.