Saúl FERNÁNDEZ

El órgano de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery pesa doce toneladas, doce toneladas de «activos culturales», comentó ayer el maestro organero Federico Acitores en la presentación de los dos primeros conciertos que presentarán el gigante musical a la ciudad. A partir de esta semana los tubos de estaño llenarán las tres naves del templo nuevo de Sabugo con las notas salidas de un órgano que es una realidad, gracias al apoyo del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Avilés, Cajastur, la Fundación Cristina Masaveu y una suscripción popular promovida por el Rotary Club de Avilés.

José María Martínez, director del Conservatorio de Avilés, será el primer intérprete del órgano de Avilés (2.800 tubos, 196 teclas, alrededor de 60.000 piezas de todos los tamaños). El programa que ofrecerá el músico avilesino -«padre de esta idea», según fue presentado en la rueda de prensa de presentación de los dos conciertos- es una antología de las composiciones de Johan Sebastian Bach. El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, asistirá al concierto inaugural y bendecirá el órgano con una oración, justo antes de «Toccata y fuga en re menor», del músico barroco alemán. La cita es hoy a las ocho de la tarde en la iglesia de Sabugo.

José Luis Vega, director general de Patrimonio, presentó el segundo concierto de órgano, el del viernes, el de Izumi Kando. Por la tarde sonarán piezas de Antonio Correa de Braga, Manuel de Falla, Bach, Stamm, la propia Kando o César Franck.

Kando es licenciada en Música por la Universidad de Osaka. Fue profesora de órgano en Kobe organista titular en Takarazuka. Será la segunda intérprete de un órgano «caro, en el sentido etimológico de la palabra, querido», un proyecto cultural que comenzó en 2005 y que se ahogó con la crisis.

El órgano es el fruto del compromiso de «una ciudad con su cultura», aseguró el concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez. Recordó que «si a los ovetenses se les llama carbayones y a los de Gijón, playos, los de Avilés son músicos». Echó mano de la historia para traer al presente a Ángel Cuesta Lamadrid, que fundó el primer Rotary Club de habla española. «Participó en el traslado de los restos de Pedro Menéndez a Avilés. Se celebró un concierto en el teatro Palacio Valdés que corrió a cargo de Benjamín orbón, padre de Julián, el del conservatorio. La música ha sido siempre un referente en Avilés», concluyó el concejal.

Cándido González, presidente del Rotary Club en 2005, echó a andar el proyecto de construcción del órgano. Agradeció las aportaciones de las dos instituciones públicas, de la fundación Masaveu y de la caja de ahorros y lamentó, no obstante, lamentó el desengaño que le produjo la negativa de Arcelor-Mittal, de Alcoa y Du Pont «que no quisieron unirse a este proyecto, Asturiana de Zinc, sí», recalcó. Las doce toneladas de cultura ya son más que reales.