La plaza del Carbayedo, epicentro del Intercéltico de Avilés, continúa latiendo a ritmo celta. El festival concentra su principal actividad en el parque, dónde está instalado un mercado artesano, carpas con puestos de comida y bebida y el escenario por donde pasan la mayor parte de las actuaciones al aire libre que durante estos días animan la ciudad.

Durante todo el día de ayer, los avilesinos pudieron disfrutar de diversión al más puro estilo celta. Por la mañana, los más pequeños participaron en una ginkana de juegos tradicionales de la región como la rana y la rayuela. Pero la atracción con más «gancho» llegó por la tarde. En un principio estaba prevista una demostración de los deportes celtas más típicos. Pero por cambios imperativos de última hora, la exhibición fue cancelada y traslada a otro día. Los encargados de continuar entonces con el espectáculo fueron los miembros del grupo «Tequexetéldere», una formación compuesta por pandereteiras, gaiteiros, percusionistas y siete parejas de baile. El conjunto gallego impartió un taller de baile en el mismo parque abierto a todo aquel que quiso participar.

Es la segunda ocasión que «Tequexetéldere» colabora con el Intercéltico y sus responsables aseguran estar encantados. El público asturiano también ha acogido muy bien su música. Las piezas de baile y gaita que toca el grupo gallego son el resultado del trabajo de campo. «No son inventadas ni grabadas», explicaba el representante de «Tequexetéldere». «Conocemos a un gaitero de 80 años y le grabamos en vídeo y audio; de ahí sacamos nuestros números». Preservar la cultura y tradición celta de su región es una de las labores más valiosas que realiza el grupo «Tequexetéldere».

Aparte, dirigen su propia escuela en La Estrada (Pontevedra), su tierra natal, con alumnos de tres años en adelante. Las tablas como profesores fueron ayer muy útiles a todos los miembros del grupo, que enseñaron a los más pequeños bailes como la «muñeira». Para los más mayores, las piezas «al aire», tocadas sólo con gaita y pandereta, sonaron con ritmos de rumba y pasodobles, que también se puede tocar con la gaita. Eso sí, celtas y tradicionales.