Piedras Blancas,

Inés MONTES

La proliferación de gaviotas en Piedras Blancas va pareja al aumento del malestar vecinal por la presencia de estas molestas aves. Los habitantes de la capital castrillonense ven como la colonia de gaviotas se adueña cada día que pasa de más tejados, patios vecinales y otros espacios. La plaza de Europa, territorio habitual de las palomas, está siendo ocupada por las gaviotas, que se resguardan en el cercano tejado del Ayuntamiento o en la torre de la iglesia. Los vecinos se sorprenden de que las gaviotas, más dadas al hábitat marino, lleguen hasta Piedras Blancas y dejen de lado otras localidades más próximas al mar como Salinas.

«Las gaviotas se acostumbran a la gente, son invasoras y si tienen comida fácil y descubren sitios donde puedan comer fácilmente se quedan», explica David Díaz, del grupo de ornitología Mavea. El experto no considera extraño que Piedras Blancas se esté convirtiendo en un nuevo lugar de cita de las gaviotas. «La mayor colonia de gaviotas de la comarca está en el vertedero de Cogersa, donde hay más de 6.000; la presión les puede llevar a buscar otros lugares y para ellas venir hasta Avilés o Piedras Blancas no es distancia», indicó.

Además de los tejados, las gaviotas se resguardan o buscan comida en algunos callejones del centro de Piedras Blancas. Los vecinos de calles como José Fernandín o La Libertad conviven con los graznidos. «Buscan la soledad de los callejones y nos asustan. La verdad es que molestan», explicó un vecino de la calle La Libertad. Un malestar compartido por otros residentes. «En Piedras Blancas hay gran cantidad de palomas que ensucian las ventanas, los tejados y también las calles porque su excremento es difícil de limpiar. Ahora parece que las gaviotas están quitándoles el territorio a las palomas, pero en ambos casos es un incordio para los edificios y las personas», afirmó una vecina que reside en una zona céntrica de la capital del concejo.

Las gaviotas más comunes en Asturias son la patiamarilla, la reidora y la sombría. Estas especies acuáticas suelen vivir en el litoral, si bien la patiamarilla también remonta los ríos. La gaviota reidora se encuentra por lo general en el litoral asturiano y apenas en el interior de la región, al igual que la gaviota sombría. Todas ellas tienen en común su predilección por la «comida fácil». Además del pescado, que difícilmente encontrarán en Piedras Blancas, las gaviotas se alimentan de carroña, de la depredación de huevos, de residuos, de insectos y de lombrices de tierra.

El Ayuntamiento de Castrillón acometió hace años una campaña para controlar la colonia de palomas. Las gaviotas ayudan ahora a disminuir la concentración de palomas, que huyen cuando las aves palmípedas de gran envergadura se acercan a los lugares habituales en los que hasta hace poco las palomas campaban a sus anchas.

«Las gaviotas buscan sitios seguros y tranquilos como los tejados, pero para criar no se meterán en zonas con mucha gente», explicó David Díaz. Los callejones del centro de la capital del concejo en los que, en algunos casos hay garajes y otras construcciones, son lugares de descanso para las gaviotas. «Los ruidos que hacen las gaviotas no son agradables, nos molestan y no sabemos qué podemos hacer», se queja una afectada. Los vecinos confían en que con la llegada del buen tiempo, las aves cambien de hábitat: «Tienen muchas playas cerca».