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Crisis en la aluminera avilesina

Alcoa admite que sólo un cambio tecnológico radical salvará la planta de Avilés

La compañía argumentó hace un año, cuando amenazó con el cierre, que las factorías de Asturias y La Coruña eran las más ineficientes

Trabajadores de Alcoa, en una de las protestas de 2014. RICARDO SOLÍS

Alcoa sostiene que sus plantas de Avilés y La Coruña son las más ineficientes del grupo aluminero. Así lo trasladó hace casi un año a los representantes de los trabajadores, cuando puso sobre la mesa sendos expedientes de extinción de empleo tras salir mal parada de la subasta eléctrica de 2014. Entonces cerca de 800 personas (la mitad de Avilés) se vieron con un pie en la calle. Ya entonces la multinacional reconoció, según ha podido saber este periódico, que "sólo un cambio tecnológico radical" de ambas factorías de aluminio primario las haría competitivas, un argumento que no comparte el comité.

En aquellas reuniones la multinacional americana trasladó, según las mismas fuentes, que sin bonus eléctricos la producción de aluminio primario resultaba a todas luces inviable, pero no sólo eso. Ya advertía que "únicamente un cambio tecnológico radical en la industria del aluminio primario, que implicara un cambio total de su estructura de costes, podría cambiar esa posición competitiva a largo plazo". Alcoa consiguió finalmente interrumpibilidad en una subasta de repesca y continuó con la actividad en 2015, si bien ha vuelto a dejar en el aire qué pasará en 2016. La multinacional echa números tras la subasta de la semana pasada y los trabajadores esperan angustiados la decisión de la multinacional.

¿Pero en qué se basa Alcoa para aseverar que Avilés y La Coruña están a la cola del grupo? Lo que defiende es que sendas factorías tienen las siguientes desventajas: una estructura de costes menos eficiente derivada de una tecnología menos moderna (la Soderberg frente a la de precocido que utiliza San Ciprián), su menor tamaño (Avilés tiene una capacidad de 93.000 toneladas al año, si bien desde hace unos años se encuentra al 60% de actividad) y una mayor dependencia de los costes de la energía eléctrica (la luz representa el coste más importante en la producción, en torno al 26%).

¿Y por qué es menos eficiente la tecnología Soderberg? Porque produce menos toneladas métricas diarias por cuba, requiere de más personal y conlleva un mayor consumo energético. De hecho, desde hace años se viene produciendo un proceso de sustitución de la tecnología Soderberg por la de precocido a nivel global. Fuentes del sector aluminero confirmaron a este periódico que de la decena de plantas de aluminio primario que conserva Alcoa en todo el mundo sólo tres fábrimantienen esta tecnología que la multinacional tacha de obsoleta: Avilés, La Coruña y Lista (Noruega). El comité de empresa de Avilés sostiene, en cambio, que la tecnología Soderberg incrementa solo un 4% la factura eléctrica respecto a la de precocido. Y no sólo eso: "La planta de Lista es la que viene teniendo mejores resultados del grupo, tiene tecnología Soderberg y es tan pequeña como la nuestra. La única diferencia es el precio de la energía, ese es el verdadero problema".

El presidente de Alcoa España, Rubén Bartolomé, activó todas las alarmas hace unos días, cuando trasladó a los comités de empresa de las fábricas españolas de que la situación se ha agravado con la constante caída del precio del metal y con la invasión del mercado por parte de China. Entonces ya advirtió de que ni unos buenos resultados en la subasta eléctrica aseguraban el futuro de las plantas. Pero Alcoa ya preveía todo esto hace un año, cuando amenazó con los cierres de Avilés y La Coruña.

Según ha podido saber este periódico, entonces sendos factores ya se encontraban entre las previsiones del sector, en general, y de Alcoa, en particular. Esa previsión incluía un crecimiento de China del 44%, que acapararía alrededor del 68% del crecimiento global del consumo del aluminio. La compañía ya esperaba hace un año que se incorporasen en cinco años 13,3 millones de toneladas adicionales de capacidad al mercado, de las que casi el 90% correspondería a China. Y también que todo eso acarrease una caída del precio del aluminio.

A todo esto se suma la demanda de Alcoa de un marco energético estable y a largo plazo dados los altos precios de España. El elevado precio de la luz no es el único escollo que afronta la planta, pero sí el más importante, según las fuentes consultadas.

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