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Visitas al más allá

Una ovetense asentada en Avilés funda una empresa de turismo paranormal que permitirá recorrer casonas y palacios donde "habitan espíritus"

Marián Coya, con un medidor de campos magnéticos. RICARDO SOLÍS

Toc, toc, toc... Un estruendo. Alguien requiere atención. El sonido procede del piso de arriba de un viejo caserón en estado ruinoso. ¿Quién está ahí? "Tengo frío", susurra una voz apenas inteligible que queda grabada con otras tantas psicofonías en los aparatos que utiliza Marián Coya. Ésta es una de las muchas experiencias sobrecogedoras que asegura haber vivido esta ovetense asentada en Avilés, dedicada a la investigación parapsicológica. Coya se presenta como médium. Dice que, desde pequeña, ve muertos. Y ahora da a los amantes de las emociones fuertes la posibilidad de realizar turismo paranormal. La primera salida se celebrará el día 7 de noviembre.

Los asistentes recorrerán las entrañas de un palacete ubicado Nava que Coya, por respeto a los dueños de la propiedad, prefiere mantener en secreto. Para acceder a este edificio fundado en el siglo XIV los turistas deberán atravesar un bosque a la luz de una vela sin electricidad, sin teléfonos móviles... En el caserón, verán todas las dependencias, incluso una habitación en la que se cree que se cometían torturas.

Las visitas están ideadas para grupos reducidos de unas diez personas y esta, en concreto, cuesta cien euros por persona. El precio incluye desplazamiento, lecciones para el uso del péndulo y otros aparatos caza fantasmas, un regalo y un aperitivo. ¿El horario? Siempre a la luz de la Luna. La actividad paranormal se dispara entre la medianoche y las dos de la madrugada.

"Llevo mucho tiempo realizando investigación paranormal por afición y comprando tecnología sofisticada y cara que me llegan de Estados Unidos. Muchos clientes me preguntaban en qué consistían las investigaciones y así se me ocurrió lanzar esta empresa de turismo paranormal", explica Marián Coya, que expone en su despacho varios títulos para acreditar su formación en la pseudociencia que estudia los fenómenos paranormales. Tras dedicar un tiempo a asentar legalmente su empresa, Coya debutará el próximo fin de semana en Nava como guía de fenómenos paranormales.

Primeros clientes

La emprendedora ya tiene clientes deseosos de convertirse en caza fantasmas por una noche. "Más que miedo, la gente descubrirá un sinfín de sensaciones, a veces, incluso, pena", precisa la médium, que confiesa: "En ocasiones se perciben espíritus pero otras veces son las máquinas las que constatan un hecho paranormal". La máquina estrella para estos menesteres es la "SB-7" con la que se hace un lento barrido de frecuencias que, de tanto en cuando, según la médium, permite captar psicofonías. "Esta máquina permite tener un contacto con los espíritus, tener respuestas. A veces es posible mantener un diálogo con ellos: piden agua, luz, abrigo...", señala. "Los espíritus suelen estar desorientados y piden ayuda. Esto genera tensión, pero sobre todo se siente impotencia por no poder hacer nada por ellos", añade.

Según Coya, cada vez hay más personas de un nivel socioeconómico medio-alto aficionadas a este mundo paranormal. "Es un hobby que se suele llevar en secreto porque pronto te tildan de rarito, por eso mi regla de oro es la discreción", recalca esta mujer que tras la visita al palacio de Nava prevé organizar nuevas excursiones a caserones y palacios de Boñar (León) y también de Avilés, aunque para cada visita debe lidiar con los dueños de las propiedades para que permitan la entrada de estos grupos de exploradores de espíritus. "Me gustaría entrar en la Quinta de Pedregal pero sé que será difícil obtener permiso", confiesa. En Avilés, precisamente, fue donde a Coya le "atacó" un espíritu lanzándole una piedra. Fue en el palacio de Maqua, según describe esta mujer.

La médium que regenta Sabbath en la calle Rivero asegura que ha visto espíritus. ¿Y cómo son? "Nunca he visto a ninguno reírse. Suele verse el tronco superior y la cabeza. Otras veces aparecen en forma de energía como una neblina, pero un fantasma siempre quiere dejarse ver. Mi conclusión después de muchos años de experiencia es que el otro lado no es tan bonito como nos lo han vendido las religiones", puntualiza Marián Coya, que entre otras muchas investigaciones tiene en su poder psicofonías grabadas en la estación ferroviaria de Abejera (Zamora) y fotografías que la médium dice que son de un fantasma tomadas en un palacete también de la comarca de la sidra. "Nunca he sentido miedo pero sí respeto", certifica esta mujer que ahora desea que cualquier persona interesada en la actividad paranormal pueda sentir sobresalto y placer al mismo tiempo en alguno de los viajes que organiza.

En cada salida, Marián Coya irá con su inseparable péndulo. Y un compañero de aventuras se encargará del kit de máquinas compuesto por un detector de campos, una bomba generadora de campos electromagnéticos, un aparato especializado en detectar el conocido como fenómeno Poltergeist (ruidos inexplicables, movimientos de objetos inanimados, olores extraños?), un termómetro y el "Vib-pod", una especie de alarma de espíritus dedicada a la detección de presencias extrañas. Asimismo llevarán la caja de voces y una grabadora que estará encendida desde que comience la excursión hasta que finalice. "El trabajo de campo es cansado, pero luego escuchar las grabaciones y estudiar toda la información recopilada lleva muchísimo tiempo. Por eso, aunque hemos hecho muchas investigaciones, tenemos publicadas muy pocas", concluye Marián Coya. Charlar con espíritus, dicen quienes lo practican, es bastante adictivo. El más allá es un mundo de interrogantes. De ahí los cazafantasmas.

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