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La avilesina que borda la escritura

"Quiero hacer Medicina", afirma Andrea Martín Sánchez, alumna del IES Menéndez Pidal, tras quedar segunda en el Concurso Hispanoamericano de Ortografía

Andrea Martín Sánchez, con un diccionario. M. VILLAMUZA

La avilesina Andrea Martín Sánchez tiene la lengua como pasión. Esta joven acaba de recibir el segundo premio del XVI Concurso Hispanoamericano de Ortografía gracias a su gusto por lo bien escrito. "Desde siempre me atrajo leer. La lectura forma parte de mi vida y, a través de ella, me voy fijando en las palabras, las tildes y en la forma de puntuar", señala esta alumna de segundo de Bachillerato del instituto Menéndez Pidal.

El futuro más inmediato de esta joven de 17 años pasa por matricularse el próximo curso en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y, transcurridos unos años, especializarse en Obstetricia y Ginecología para "acompañar a la mujer en una de las etapa más bonitas de la vida". Tiene muy claro que quiere dedicarse a la práctica sanitaria; no obstante, reconoce que durante un tiempo dudó en orientar sus pasos hacia la Filología Hispánica u "otros estudios relacionados con las letras", dados los buenos resultados que ha obtenido en este área del conocimiento.

Se presentó al citado concurso animada por Irene Fernández Menéndez, su profesora de Lengua en el IES de la calle Valgranda. Superó las tres pruebas celebradas en el mes de octubre pasado y fue seleccionada para participar, un mes más tarde, en la siguiente fase. En la competición, desarrollada en el IES Aramo de Oviedo junto a estudiantes de diferentes centros educativos del Principado, se alzó con el segundo premio.

A diferencia de algunos compañeros y muchos jóvenes de su generación, Andrea Martín Sánchez valora la ortografía y el correcto uso del lenguaje. "La forma de expresarse y escribir es una carta de presentación", manifiesta, para reconocer que le chirrían la pobreza del lenguaje, las faltas de ortografía y el desconocimiento de las normas que regulan la escritura. "A veces, te encuentras con palabras que te hacen sangrar los ojos", indica esta lectora empedernida, actualmente embebida en "El médico", novela del escritor estadounidense Noah Gordon. "Leer me relaja. Me encantan las novelas dramáticas", apunta.

Sobre las consecuencias del buen manejo del idioma, Andrea Martín Sánchez cree que la forma de redactar un trabajo de clase o un examen "influye a la hora de calificar". Comenta que los profesores del instituto insisten a los alumnos en escribir correctamente, aunque también admite que "en algunas asignaturas pasan por alto las faltas". No es así, resalta, en la clase de Lengua. "Nuestra profesora enfatiza mucho en la corrección ortográfica, que sepamos cómo escribir las palabras. Nos quita puntos en los exámenes si tenemos faltas", confiesa.

Frente a quienes demonizan las redes sociales y las consideran el cajón donde todo cabe y vale, la joven avilesina cree que "no empeoran el lenguaje". "Quienes lo deterioran son las personas. Yo utilizo las redes sociales y escribo normal, no me como letras", advierte para añadir que "es cierto que, a veces, te falta una tilde o una mayúscula, pero se debe a la rapidez del mensaje y también a la comodidad".

En cuanto al papel que ejercen las nuevas tecnologías en la lengua, advierte de que "son una gran fuente de información para mejorar la ortografía". "Gracias a ellas, por ejemplo, nos llegan nuevas incorporaciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE)", dice. De hecho, una de las aplicaciones que figura en el teléfono móvil de Andrea Martín Sánchez es el diccionario, más práctico e inmediato de utilizar que en el ordenador o la tableta, apunta.

Aficionada a los crucigramas y sopas de letras que hace en casa de su abuela y también a juegos del móvil como Apalabrados o Mezcladitos, Martín resalta la dificultad que entraña la puntuación en el momento de escribir y, en extremo, el uso del punto y coma. "Es complicado. No se sabe bien en qué momento se debe emplear. La gente tiende más a poner comas. Se intenta plasmar todo lo que están pensando y no saben cómo", dice, satisfecha con su reciente premio. "Es un estímulo positivo, una experiencia que enriquece y anima a seguir esforzándote", concluye.

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