Dani Alés (Madrid, 1983), que es filólogo, se doctoró en Teoría Literaria con una tesis centrada en algo que conoce bien: los monólogos cómicos. Y es normal: Alés ha crecido en la Paramount Comedy (hoy, Comedy Central) y se ha bregado en noches oscuras en bares aún más oscuros de todo el país. Ayer, entrevistó a Goyo Jiménez sobre el escenario del auditorio del Niemeyer y esta tarde (19.30 horas) abre en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo el ciclo "Una canción, un poema", una iniciativa de la Cátedra Leonard Cohen que pretende descubrir los vínculos con música y literatura de tipos tan heterogéneos como David Trueba o Miguel Pardeza.
-¿Por qué una tesis doctoral sobre la "stand-up comedy"?
-La comedia es un tema que ha interesado desde la Antigüedad; de hecho, el propio Aristóteles prometió un libro al efecto que o no se ha recuperado o...
-Sólo lo leyeron en "El nombre de la rosa".
-Exacto. Y sólo lo leyeron antes de que se quemara la biblioteca. Realmente, el "stand-up comedy" o el monólogo cómico, como lo tradujimos aquí, es algo que en la cultura norteamericana está muy consolidada hasta el punto de que hay estudios en torno a ello. En España, esto es algo que ha eclosionado en torno a 1999. Un año antes se comenzó a emitir "Seinfield" y, en marzo de 1999, empezó el canal Paramount Comedy, hoy Comedy Central. Unos meses después, llegó "El club de la comedia". Esto es un éxito inmediato y así empezaron a surgir lugares donde hacer comedia en directo. Nosotros, en España, conocemos el fenómeno del "one man show". De Gila a Eugenio.
-¿Esos son los antecedentes?
-No son precedentes en cuanto a la forma, porque Gila, realmente, no hacía "stand-up comedy" porque es fundamental que haya diálogo con el público y Gila no rompía la cuarta pared. Gila dialoga y utiliza para ello el teléfono. En el caso de Eugenio hay diálogo, pero en los intermedios, cuando no cuenta chistes.
-¿Cuál es la principal característica del monólogo cómico?
-El triunfo del fracaso. El héroe es quien queremos ser de verdad, el cómico, en quien te reconoces finalmente. Esto es algo que viene de muy atrás: Lázaro de Tormes, por ejemplo.
-¿Lázaro era monologuista?
-No en el sentido formal. Es alguien que cuenta su historia vital y eso es algo muy parecido a lo que le ocurre al monologuista. Lázaro, como monologuista, es un observador de la realidad. El monologuista es alguien que se escapa de la constricción de un guión para dirigirse al público y el primer caso que se conoce es Aristófanes. El primero moderno, el que más influyó, fue Lenny Bruce, en los años cincuenta, es el personaje que hace Dustin Hoffman en la película "Lenny". Hay quien dice que fue Mark Twain porque él cobraba por decir chistes.
-¿Hacia dónde va el monólogo?
-Para la gente, un cómico es uno que dice: "¿Os habéis fijado...?". Eso es "El club de la comedia". Pero también hay claramente una versión "underground" que lo emparenta con la generación "beat". Ignatius, por ejemplo.
