El Centro Global de Investigación y Desarrollo (I+D) de Arcelor-Mittal en Asturias gestiona este año veinticinco patentes, tantas como en toda su historia, fruto de su actividad en los últimos años. Una patente es un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva un invento, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular, en este caso Arcelor. Además, impide a terceros fabricar, utilizar o introducir el producto o procedimiento patentado en el mercado. El centro avilesino venía gestionando una media de una o dos patentes al año. Este 2016 ya ha enviado seis patentes al registro, nueve se encuentran en fase de preparación y se presentarán otras diez antes de que finalice el año.
"Estamos ante una explosión de resultados tecnológicos que deriva en esa solicitud de patentes que tenemos en marcha", aseveró el director del centro, Nicolás de Abajo. Cuestiones de confidencialidad impiden facilitar información sobre los resultados tecnológicos que se derivan de esas patentes. Lo único que ha trascendido es que están relacionadas tanto como con procesos nuevos como con productos. "Es un dato muy alentador y positivo, el fruto de mucho tiempo de empuje y trabajo, y también un buen exponente del desarrollo tecnológico. Esa cifra es el efecto exponencial que se ha conseguido en el centro", añadió De Abajo.
El centro de I+D que comenzará a funcionar en cuestión de días en Sestao (Vizcaya) también tendrá implicaciones para el asturiano. "La flexibilidad que tiene Sestao nos ofrece muchas posibilidades para industrializar nuevas tecnologías y para desarrollar nuevos productos. Su puesta en marcha nos afecta positivamente: primero porque continúa la estrategia de Arcelor-Mittal de apostar por la I+D en España y también porque nos va a permitir industrializar tecnologías que en otras plantas puede resultar difícil. Además, podremos desarrollar tecnologías y productos específicos para Sestao", añadió el director del centro asturiano.
Así, el de Avilés tendrá a pocos kilómetros de distancia la posibilidad de industrializar algunas de las tecnologías que se están desarrollando aquí y hacer pruebas a escala real. "Para Sestao también es positivo, porque va a poder tener esas tecnologías y hacer nuevos productos", prosiguió De Abajo. Pero, ¿qué tipo de productos? Entre otros, aceros relacionados con el sector de la automoción. "Sobre todo para piezas de altas prestaciones, como por ejemplo para elementos de embragues para camiones, piezas de altos requisitos, con homologaciones muy concretas y de gran complejidad. Para eso necesitas mucha metalurgia y buena tecnología de fabricación. También para bienes de equipo, en busca de materiales más ligeros y de menores espesores, de hasta el 22% en algunos productos", añadió.
El Centro de Investigación y Desarrollo de Avilés, que desarrolla tecnología para todo el mundo, está dando un apoyo importante a los nuevos proyectos de inversión que se están cometiendo o se acometerán en las factorías asturianas, tanto en las baterías de coque de Gijón, como en la acería y en el carril de 108 metros. "Para nosotros el carril es un tema muy importante. Hicimos un desarrollo de cabeza endurecida y seguimos trabajando en la modificación de la instalación, que por un lado supone una longitud mayor del carril producido y cambios en la laminación y en la forma de producirlo. En baterías estamos dando apoyo en temas de refractarios; en la acería, en el diseño de nuevos productos... Todo esto es clave para Asturias y para el centro de I+D, pues nos permite desarrollar competencias nuevas a raíz de esas inversiones que se están haciendo aquí", subrayó Nicolás de Abajo.
La multinacional siderúrgica convocará en cuestión de días (la próxima semana, según las previsiones) una nueva fase del Programa Junior, con una veintena de plazas. La selección y fichaje de titulados para su formación y aprendizaje en el centro global de I+D de Avilés forma parte del acuerdo firmado el 4 de abril de 2014 entre el Gobierno del Principado de Asturias y Arcelor-Mittal en materia de investigación, desarrollo tecnológico e innovación. Fruto de este convenio, el centro debe mantener en plantilla un mínimo de 30 jóvenes en formación. En la convocatoria anterior, para el periodo 2014-2016 se presentaron 3.000 personas para treinta plazas. "La selección inicial es muy buena, tienes talento de primera mano", aseveró De Abajo. En torno al 70% de los investigadores que pasan por el centro acaban contratados y en torno a dos tercios proceden de la Universidad de Oviedo.
