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La escuela crece con fuerza en los pueblos

La matrícula se dispara en los centros rurales de Illas y Castrillón gracias a su nueva metodología educativa

Escuela del Pontón. MARA VILLAMUZA

El Centro Rural Agrupado (CRA) de Castrillón-Illas es una especie de laboratorio donde se ponen en práctica sistemas de enseñanza en los que prima la convivencia, la diversidad y la innovación educativa. El éxito de este programa metodológico se traduce en matrículas: un total de 154 niños cursan actualmente sus estudios de Educación Infantil y Primaria en las escuelas de La Callezuela, Pillarno, San Miguel, El Pontón y Naveces que forman el CRA, cincuenta más que hace solo cuatro años y con demanda suficiente para abrir nuevas aulas. Esto indica que hay vida más allá de las ciudades. Las cifras son un medidor del interés de los avilesinos por fijar su residencia en los pueblos, ya sea a golpe de crisis o de convicciones. En Illas, por ejemplo, cada vez se asientan más familias jóvenes con hijos y las oriundas no se van.

"Son personas que desean vivir en el entorno rural y tener al mismo tiempo buenas comunicaciones", explica el alcalde de Illas, Alberto Tirador, que señala que el éxito demográfico responde "a una apuesta decidida por un modelo urbanístico diferente". En este concejo, no hay urbanizaciones, hay casas. "La gente que viene a vivir se integra en el pueblo, no se va a adosados que a veces parecen guetos a las afueras de una localidad", precisa. Tampoco hubo "boom" de la construcción, pero en este rincón de aproximadamente 1.000 habitantes, cada año se levantan o rehabilitan entre cinco y diez viviendas. Que en La Callezuela haya escuela es un punto añadido para las familias con hijos pequeños a la hora de elegir destino. Más aún cuando no se trata de un escuela cualquiera.

Prueba de ello es que cada vez más familias avilesinas se interesan por matricular a sus hijos en alguna de las cinco escuelas que componen el CRA animados por su modelo educativo. Tanto es así que, en Illas, por ejemplo, están sopesando abrir nuevas aulas para el próximo curso escolar. En cualquier caso, tienen preferencia de matrícula los niños nacidos en La Callezuela, Pillarno, San Miguel, El Pontón o Naveces, unos chavales que reciben atención casi personalizada por los 25 profesores que trabajan en el Centro Rural Agrupado. Del total de maestros, cinco son tutores de educación infantil y ocho de educación primaria; el resto son especialistas que rotan de centro en centro y realizan semanalmente una media de 150 kilómetros para impartir clases de audición y lenguaje, educación física, música, inglés, religión o pedagogía terapéutica a los alumnos de las cinco escuelas.

"Una carencia de las escuelas rurales puede ser el aislamiento. Por eso, nos organizamos con la intención de que los kilómetros no sean una diferencia", explica Yolanda Gómez Ule, directora del Centro Rural Agrupado. Ule ha cogido las riendas este año y tiene a su lado a un equipo directivo renovado. Mercedes Rodríguez Maribona es actualmente la jefa de estudios y Jessica González Bejar, la secretaria. Asimismo, el CRA tiene una Asociación de Madres y Padres (AMPA) de nueva creación "que da cabida a la participación de todas las familias estén o no asociadas" y cuenta con el respaldo tanto de los Ayuntamientos de Castrillón e Illas, como del Principado.

De hecho, el CRA se ha incorporado a un programa piloto de la Consejería de Educación que tiene como objetivo desarrollar un currículo por competencias o, lo que es lo mismo, aplicar un cambio metedológico en el que prima dejar hacer a los niños de acuerdo a sus intereses y necesidades. Para poner en práctica este sistema, los alumnos de las cinco escuelas que lo integran realizarán en la Universidad Laboral de Gijón un programa de televisión donde podrán poner en práctica la teoría aprendida y decidirán, sin ningún tipo de presión y casi de una forma asamblearia qué trabajo quieren desempeñar .

"Este programa experimental tiene cuatro años de duración y requiere la implicación del profesorado y del alumnado en este tiempo. La convivencia y la inclusividad son los otros dos pilares de este proyecto que en el CRA se trabajan por sí solos", manifiesta Maribona. Razón no le falta. En las escuelas de La Callezuela, Pillarno, San Miguel, El Pontón y Naveces los niños de 3 a 5 años y los alumnos de los diferentes cursos de primaria comparten aula. La ratio es de 16 alumnos por profesor. "Aquí se atiende la diversidad porque los grupos son diversos de por sí y la convivencia o la integración es algo natural que no hay que trabajar", puntualizan las profesoras.

Otra peculiaridad del CRA es que, en Educación Infantil, no hay libros de texto. Tal vez porque el entorno rural es la mejor fuente de enseñanza. "El entorno es el recurso más enriquecedor que tenemos", asegura el nuevo equipo directivo, que este año ha hecho un lavado de cara en las cinco escuelas creando nuevos espacios que favorecen el aprendizaje de los menores.

Aunque el éxito es indiscutible teniendo en cuenta el aumento constante de matriculación en el CRA, las escuelas rurales también tienen carencias. La principal es la falta de espacio debido, precisamente, al aumento de alumnado. "Solicitamos que las viviendas de los maestros que ya no se utilizan tengan uso educativo", señala Ule, que destaca que en la escuela de Pillarno hay servicio de atención temprana y en La Callezuela, de comedor, gracias a una subvención municipal. "Ambos servicios son muy importantes pero requieren espacio", dicen.

En plena época de concentración urbana de la población, algunas escuelas de los pequeños pueblos siguen teniendo futuro. Y con estas escuelas, la zona rural en conjunto. El fenómeno que vive el CRA de Illas-Castrillón es toda una anomalía en la tendencia de los colegios rurales asturianos, que cada vez pierden más alumnos. En la comarca, las escuelas se resisten a dejar el pueblo.

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