"Asturias está en una encrucijada en materia de residuos. Nos encontramos ante el cuarto plan estratégico y ha habido ilegalidades en los anteriores. Creemos que es necesario un cambio de modelo buscando soluciones en el origen de la producción de los residuos y no en el tratamiento final, o un modelo que piense en el ciudadano, que apueste por la reducción de residuos en origen hablando de incentivos directos", señaló ayer el vicesecretario de Organización del PP asturiano, Luis Venta Cueli, durante un acto en la Casa de Cultura organizado por la dirección regional de la formación y al que asistieron los seis ediles en la ciudad (divididos en dos facciones) y casi todos los diputados en la Junta, pero no la presidenta local, Carmen Rodríguez Maniega, partidaria en el próximo congreso autonómico de una alternativa a Mercedes Fernández, que tampoco estuvo ayer.

Venta Cueli, que también es portavoz de Medio Ambiente del grupo parlamentario popular en la Junta, abrió la jornada "Alternativas a la gestión de residuos en Asturias", que contó con la intervención de Alberto Vizcaíno, consultor experto en gestión de residuos; Marc Vinot, responsable de procesos biológicos de la empresa Urbaser; Santiago Vila, director ejecutivo de la compañía Ambiensys Enviromental Technologies; y Wilhelm Konstanski, director general del Grupo SPR. Konstanski se mostró esperanzado en la trayectoria que se sigue en el tratamiento de residuos: "Se están dando pasos hacia la buena dirección. Las tecnologías de recuperación son promovidas por empresas o por industrias con exigencias hacia sus accionistas, actores, empleados y promueven tecnologías que son viables", indicó.

Si bien reconoció que un buen número de ciudadanos, sobre todo jóvenes, "tienen claro que el residuo necesita un tratamiento, una reducción en el origen y una buena gestión", el director general del Grupo SPR indicó que "la sociedad no conoce realmente el coste que tienen las tecnologías que pretenden que se apliquen". "En el momento de que sea consciente de que lo que se pide tiene un precio y de que está lejos del precio que tienen hoy los residuos, a lo mejor la consciencia cambia", dijo. Puso como ejemplo a los países nórdicos, "que han hecho un enfoque muy claro y con mucha conciencia social de dar una solución práctica a los problemas y a las oportunidades que genera el residuo. Las plantas están integradas en las ciudades. Esa cultura es la correcta. Intentar negar que los residuos necesitan una serie de tratamientos, una industria y unas infraestructuras es negar lo evidente", comentó.