"Indefensión y desamparo" de los padres a la hora de elegir colegio para sus hijos fueron dos palabras repetidas en la charla celebrada ayer en el palacio de Valdecarzana con motivo de la presentación de la Plataforma por la Libertad Educativa. "Es evidente que la educación en España dista mucho de ser libre. Es universal, se puede discutir la calidad, pero no se puede tildar de libre", señaló Sergio Marqués, miembro del Club de los Viernes, organizador del acto en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.
Durante la presentación del encuentro, en el que participaron Elena Figaredo, portavoz de la citada plataforma, y Pablo García Vigón, presidente de la Asociación de madres y padres del colegio Teresianas de Oviedo, Marqués comentó que este colectivo nace "del convencimiento de la deriva intervencionista que toma el Estado en la educación de los niños, que sufren un adoctrinamiento". "Los currículos incluyen materias transversales con valores que no son decididos por los padres. Estamos ante una educación dirigista", añadió para, en referencia a los conciertos que establece la administración, indicar que "no es la sociedad civil la que marca los criterios para renovar los conciertos con los colegios; son grupos de personas de la comunidad autónoma correspondiente quienes deciden qué centros son merecedores de la dádiva del Estado".
Elena Figaredo, por su parte, calificó de "falacia" la gratuidad educativa en régimen de conciertos tal y como lo contempla la ley. Así, desgranó su estructura y explicó que están articulados por módulos: "Sólo se financia el salario de los profesores, y en los centros hay otros muchos profesionales que no están cubiertos por este sistema, lo que genera déficit para gestionar los colegios". Asimismo, manifestó el deseo de cuantos integran la asociación recientemente constituida para involucrar a los padres y reivindicar "que la financiación del Estado no sea por ratios y clases, que los centros tengan libertad para elegir el currículo y que posean la capacidad de autoorganizarse"
Figaredo hizo hincapié en la imposibilidad de las familias españolas para elegir libremente un centro educativo concertado, por lo que "se quedan resignados a enviar a su hijo al colegio público más cercano que le corresponde" por lugar de residencia. Concluyó su intervención asegurando que "el sistema está monopolizado".
El tercer ponente en tomar la palabra fue Pablo García Vigón, que propuso "huir del debate de ideologías e ideas" cuando, cada cuatro años, se produce la renovación de los conciertos educativos. "La educación gratuita en España es un derecho fundamental y el debate no es si tiene que ser pública o concertada; lo importante es que en este país se gasta poco en educación", señaló al recalcar que las siete leyes educativas que se sucedieron en tiempos de democracia "todas dicen que hay un sistema dual -en referencia a la concertada- que es gratuito. Pero, en realidad, no lo es".
Vigón se mostró defensor de ambos sistemas educativos -público y concertado- porque "son complementarios". Descartó que los colegios financiados con fondos públicos sean para la élite -"a ellos acude la clase media, que es el 80% de la población"- y, al igual que Figaredo, dijo que "los resultados académicos en los concertados están por encima de los públicos en términos absolutos".
