Veinticuatro costaleros de la Cofradía de San Juan Evangelista cargaron por primera vez a hombros el paso de la Tercera Palabra en la procesión del Silencio. Sobre ellos, 400 kilos de peso que tuvieron como premio el reconocimiento de la muchedumbre que tomó a última hora de la tarde de ayer el casco histórico para seguir la sexta procesión de la Semana Santa de Avilés en un Jueves Santo de restallo por el buen tiempo y por la multitud de turistas que se pasean estos días por las calles de la ciudad.

"Mira qué guapa La Verónica", comentaba una mujer a su marido. "Madre, cómo tiene que pesar eso", decía una joven a su amiga con los ojos clavados en el paso de la Tercera Palabra. "Pobres, mira qué pequeñinos, no ven", comentaba un matrimonio sobre los cofrades de menor edad.

Más de 120 "sanjuaninos" (varones, solteros y menores de 30 años) tiñeron con su atuendo blanco, azul y rojo el casco histórico avilesino. El paso de la Tercera Palabra de Cristo antes de expirar ("Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre"), que muestra a un Mesías agonizante con la Virgen Dolorosa y San Juan Evangelista a sus pies, brilló más que nunca a hombros de los jóvenes costaleros, todos ellos en torno a la veintena y con los pies descalzos. Hasta ahora iba sobre un carro con ruedas, que ha sido sustituido por una plataforma que tomó forma en los talleres Arte Martínez de Guadalajara. El conjunto, como manda la tradición, estuvo precedido por la imagen de la Verónica, que portaba en su mano la fina tela con la que limpia el ensangrentado y sudoroso rostro de Jesús, coronado con espinas, que constituye el sexto paso del vía crucis.

La procesión recorrió San Francisco, El Parche, La Fruta, la Cuesta de La Molinera (el tramo más complicado dada su pendiente), la Plaza de Pedro Menéndez y Ruiz Pérez, para llegar al punto de partida por la Cámara y El Parche. Mientras, la capilla de Rivero lucía engalanada como antaño, recuperando una tradición que se remonta a mediados del siglo pasado.

Con El Silencio hubo decepción entre aquellos foráneos que esperaban ver a los "sanjuaninos" con su popular baile del santo, que traspasa fronteras. Para los que se perdieron esa "danza" de San Juan de la procesión del Encuentro tienen esta tarde una nueva oportunidad de ver a los jóvenes cofrades en otros de los momentos más emocionantes de la Semana Santa de Avilés, Fiesta de Interés Turístico Regional. La cofradía, cuyo origen se remonta a 1948, saludará a La Dolorosa en la recta final de la Procesión del Santo Entierro, acto religioso que también se prevé sea multitudinario.