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A dos pasos | La Magdalena (I)

Los guajes medran en La Grandiella

La Magdalena rejuvenece gracias a las nuevas familias con hijos pequeños, muchos menores de 5 años, que han ido a vivir a la nueva zona residencial

Mara y Valle Warselle López, con su abuela Ángeles Warselle, en La Grandiella. A la derecha, el pequeño Darío Díaz, de La Peral. M. VILLAMUZA

Myriam MANCISIDOR

En La Magdalena se vuelve a hablar de optimismo. Y eso no pasaba desde hacía muchos años. Ahora los niños han vuelto a corretear por las calles de este barrio relativamente joven gracias a la reciente urbanización de la zona conocida como La Grandiella, próxima al cogollo de La Magdalena, donde la población siempre trabajadora ha ido envejeciendo. Con unas 375 viviendas nuevas construidas y otras tantas pendientes, casi todas con algún tipo de protección, este núcleo que casi acaricia el "Tocote" o San José Artesano se ha convertido en la nueva zona de desarrollo de Avilés.

Cualquier día soleado lo habitual es observar a decenas de familias con niños pequeños -muchos, con menos de cinco años- jugando en el parque infantil. "El barrio está formado por gente joven con hijos", explica Juan Pombal, que en el año 2012 se trasladó de Fernando Morán a La Grandiella. Le atrajo, asegura, el precio que por aquel entonces tenían las viviendas recién construidas. "También las vistas -desde La Magdalena se divisa la sierra de Bufarán- y la tranquilidad de vivir en un barrio suficientemente apartado del centro y, a la vez, muy céntrico", asegura este hombre que solo echa en falta "mantenimiento en el parque" y más comercios en las inmediaciones de La Grandiella. Ahora mismo existen dos medianas superficies comerciales en las proximidades de la nueva urbanización, una de ellas dedicada exclusivamente a productos de alimentación.

Hasta el parque infantil de La Magdalena acuden incluso quienes no son del barrio, como Luisa López y su hijo Darío, ambos de La Peral (Illas). "Es un sitio estupendo donde el crío puede jugar sin ningún problema. Es mucho mejor estar aquí que en Las Meanas", precisa. Del barrio recién nacido de La Magdalena sabe mucho Pedro Pablo Carreño, al frente del Café Mogán, el único negocio abierto actualmente en la zona residencial. "Este es un sitio muy tranquilo con mucha gente joven con niños. Sus padres, la mayoría, trabajan en las grandes empresas, Alcoa, Asturiana...", explica el hostelero que llegó a La Grandiella desde El Quirinal, donde regentó un negocio durante ocho años. Y está satisfecho. Aunque le gustaría que se completara la urbanización del barrio. "Desde hace cinco años no se mueve ni un ladrillo y faltan por construir muchas viviendas", comenta.

Darío de la Riva es, dice, uno de los primeros pobladores de La Grandiella. El pasado 1 de mayo cumplió un lustro en el barrio. "Es un sitio genial, tranquilo y próximo al Carbayedo, a donde llegas en tres minutos. Los vecinos somos todos jóvenes y hay muchísimos recién nacidos", ahonda. Mara y Valle Warselle López son dos hermanas del nuevo barrio que siempre que pueden acuden al parque infantil, que es el punto de encuentro de los vecinos.

En las inmediaciones, al otro lado de la calle y tras los bloques de portuarios, está el área más antigua de La Magdalena, que se corresponde con una parte del barrio de Buenavista en el que se ubica el Grupo de José Antonio, que fue el primer poblado del Plan Sindical de la Vivienda. Se levantó entre 1954 y 1956. Como el resto de los poblados del Plan Sindical surgió para acoger el aluvión de trabajadores de Ensidesa, a los que la empresa no había dotado de vivienda. Junto a él y prácticamente coetánea se localiza la barriada de San José Artesano, promoción de cooperativa de trabajadores de la siderurgia.

La zona más al este del barrio delimitado se construyó en los años setenta combinando promociones de viviendas públicas para el realojo de población de etnia gitana y promociones privadas destinadas a población de clase media. Estos bloques que antaño criaron a los niños de Avilés ahora miran con esperanza a los guajes que medran en La Grandiella.

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