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Escolares que lidian con las emociones

Los dos institutos de Castrillón y los colegios El Vallín y Castillo de Gauzón aprenden en las aulas técnicas vinculadas con la meditación

Niños durante una sesión de meditación en el colegio de El Vallín, en Castrillón. MARA VILLAMUZA

"Atención mental plena" es la traducción del inglés "Mindfulness", un conjunto de técnicas vinculadas con la meditación y que ahora han llegado a gran parte de los colegios e institutos de Castrillón. Los "culpables" de este proyecto son Ramón Leonato y Mónica Reyes, miembros de la Fundación IFSU (International Foundation for Spiritual Unfoldment) y la Sociedad Española de Meditación. Leonato es, de hecho, el presidente de esta última sociedad, y es el responsable del centro de meditación de La Peral (Illas).

Tras una trayectoria de varios años vinculados al trabajo con los niños, en septiembre de 2016 comenzaron a poner las primeras piedras de este proyecto, que incluye la formación a profesores, padres y alumnos. Su idea es que cuando concluya el ciclo de ocho años previsto los centros sean independientes para mantener la formación. De momento se han sumado a esta iniciativa los dos institutos de Castrillón (Salinas e Isla de la Deva) y los colegios El Vallín y Castillo de Gauzón.

Una sesión cualquiera de trabajo con los alumnos de Primaria comienza con la rutina de quitar los zapatos y de tenderse sobre una colchoneta, con cojín y manta. La afirmación positiva es el primer paso del proceso. "Yo estoy contento y comparto mi alegría con los otros", recita Leonato a un grupo de escolares de El Vallín, para que ellos lo repitan sin mover los labios, e interioricen el mensaje. Después comienzan los ejercicios de ir prestando atención y tensionar cada parte del cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las extremidades superiores. Para cuando finaliza esta parte, y toca imaginar una nube azul refrescante, los alumnos están totalmente relajados, momento en el cual hacen un repaso mental de las personas que forman parte de su vida, y a las que desean alegría. El ejercicio finaliza con algunos de los alumnos dormidos, bajo las vibraciones del cuenco que tañe el director de la sesión.

Adrián Galán, uno de los escolares que participan en la sesión, asegura que estos ejercicios tienen un objetivo: "Relajarnos, estar contentos con los demás y saber actuar y respirar en situaciones en las que estamos nerviosos". El director del centro, Jorge Monferrer, indaga si alguno de los escolares pone en práctica las técnicas por su cuenta. "Yo intenté hacerlo una vez solo", apunta Mario Alba. El director explica: "Es un camino de varios años para aprender a hacer esto. Yo también lo intento. Y me ayuda mucho".

Leonato considera que los escolares no reciben orientación de cómo lidiar con la subjetividad, con su yo, con sus emociones, con el conocimiento de uno mismo. "Nosotros utilizamos una tecnología muy antigua que hoy se ha retomado y visto que funciona", explica. La formación en los centros se hace en horas de tutoría: ocho sesiones al trimestre, una por semana. Y los niños se llevan tareas para casa que practican con los padres, tales como dar un paseo en silencio respirando profundamente. "Produce empatía entre padre e hijo".

Además de implantar en estos colegios castrillonenses la práctica, el objetivo de Leonato es realizar un estudio científico en colaboración con una universidad para analizar cómo influyen las técnicas de meditación en variables objetivas de rendimiento escolar. El presidente de la Sociedad Española de Meditación quiere demostrar así que estas técnicas "aumentan los niveles de empatía, de resiliencia, de rendimiento, un descenso de los casos de acoso y que aumente la capacidad de concentración e introspección". En su opinión, concentrarse es una competencia básica que se aplica para todo. Las mediciones comenzarán el próximo año, siempre y cuando llegue el patrocinio necesario.

Las prácticas de meditación intentan hacer ver a los escolares que los pensamientos están relacionados con la emoción y con el comportamiento. Y los resultados, según Mónica Reyes, ya son palpables: "Ya notan los beneficios tanto los padres como los profesores y los alumnos, y así lo explicaron en un evento que hicimos con los alcaldes de Illas y Castrillón y los profesores y directores de los centros". Menos enfados, mayor concentración y más tranquilidad para dormir son algunos de los efectos beneficiosos que han encontrado. El ejemplo asturiano podría dar sus frutos más allá de las fronteras españolas. Y es que Robert Anderson, de la American Meditation Society, tiene el objetivo de iniciar este mismo programa en la India y Estados Unidos.

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