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CHANTAL FRANCO | Miembro de la compañía "Luz, micro y punto"

"El teatro de sombras siempre te deja atrapado; todo es posible"

"Esto es una carrera de fondo y cada cosa que descubrimos para generar imágenes es una alegría"

Chantal Franco.

Chantal Franco es, junto a Patricia Toral y Verónica R. Galán, integrante de la formación asturiana "Luz, micro y punto", que el domingo traerá al Centro Niemeyer el espectáculo de teatro de sombras "Años luz". Las sesiones serán a las 17.00 horas (entradas agotadas) y a las 19.00.

- ¿Qué van a ver los espectadores?

-Es un espectáculo familiar de teatro sombras contemporáneo con música en directo. Nuestra manera de trabajar se caracteriza por usar retroproyectores antiguos, tecnología analógica, y todo en el escenario, por lo que van viendo cómo vamos construyendo todas las imágenes. Forma parte de la dramaturgia. Es un espectáculo visual y sonoro, no tiene texto, todo con música.

- ¿Y cómo se consigue atraer la atención de los niños? Porque no tiene que ser sencillo.

-La verdad es que sorprende porque el teatro de sombras siempre te deja atrapado. En él todo es posible y la imaginación juega un papel importante; lo visual es muy evocador. Este tipo de luces tienen una potencia que te deja enganchado. Da igual la edad que tengan. Desde que descubrimos los retroproyectores estamos atrapadas: tiene un luz especial, en el led es más blanca. Tiene un toque antiguo y da mucha nitidez. Nosotras trabajamos con todas las marionetas sobre el proyector no en digital y consigues una imagen muy nítida y visualmente es potente. La música es el hilo conductor que te va llevando de un sitio a otro a lo largo de toda la obra.

- Con "Años luz", consiguieron el premio Feten 2017 a la mejor propuesta plástica. Ese tipo de galardones ¿abre puertas?

-Sí las abre. Ya estuvimos en Madrid con el espectáculo, nos vamos a Mallorca, estaremos en Sabadell y, el año que viene, en Malta. Además, hemos entrado en el catálogo del próximo año de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Ministerio de Cultura y Educación, y eso te abre una puerta para salir al extranjero.

- ¿Al espectador le cuesta acercarse a una obra de teatro de sombras?

-No es que cueste dar ese primer paso, pero es que hay pocas compañías de teatro de sombras. En nuestro país hay muy poca tradición, se da más en China, Indonesia o India. En Europa entra en el siglo XVII. En nuestro país hay muy poco pero es verdad que cuando un espectador lo ve, se queda fascinado, como cuando en otras épocas veían las linternas mágicas.

- ¿Cuál es el límite de la experimentación en su disciplina?

-De momento, los únicos límites que nos encontramos son los físicos, porque solo somos dos personas para mover todas las marionetas y una para la música. No tenemos más manos. Luego tenemos los medios para generar sombras, cualquier punto de luz desde una vela hasta la tecnología más avanzada. "Nosotras buscamos luces que den nitidez porque la imagen es más limpia. Trabajamos desde linternas con todo tipo de lúmenes hasta proyectores, mesas de luz, linternas mágicas, focos.... Llevamos cinco años con la compañía y esto es una carrera de fondo en la que cada cosa que descubrimos para generar imágenes es una alegría. Siempre trabajamos de manera artesanal, es nuestra premisa. Construimos las marionetas para ponerlas entre la luz y la pantalla. Por el momento no hemos tocado lo digital, pero nunca se sabe.

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