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Bodas de plata sobre las tablas

El teatro Palacio Valdés celebra 25 años de su reapertura como referente nacional y se prepara para soplar en 2020 las cien velas desde su inauguración

Bodas de plata sobre las tablas

La reapertura del teatro Palacio Valdés cayó en sábado y, además, llovía. Hubo un cóctel, se repuso "El imposible mayor en amor le vence Amor" y la noche concluyó con una cena fría. Aquel 14 de noviembre de 1992 -hace veinticinco años ya- pasaron por el lugar el Ministro de Obras Públicas de aquel entonces, José Borrell; el presidente del Principado, Juan Luis Rodríguez Vigil; el alcalde de la ciudad, Santiago Rodríguez Vega... La Biblia en verso: no todos los días se celebra la salvación de la piqueta de un templo de la cultura.

Un cuarto de siglo después de aquel fin de semana de gala y zarzuela, los responsables de Cultura del Ayuntamiento de Avilés han puesto toda la carne en el asador: una temporada de campanillas, obras de rehabilitación, diálogos con los protagonistas de la escena... Todo con la vista puesta en los últimos años de historia, pero también en la historia completa del coliseo avilesino. Será en 2020 cuando se cumplan los primeros cien años del odeón que había diseñado Manuel del Busto por orden de una compañía de ilustres avilesinos que, todos juntos, idearon en pleno siglo XX el último escenario del siglo XIX. Y es que Busto comenzó a trabajar en el teatro en 1900, pero no fue hasta 1920 en que terminó su trabajo. Medio siglo después, el teatro cerró y tras dos décadas de espera el Palacio Valdés "volvió a tener el alma que había perdido", como contaron los cronistas de la celebración que ahora vuelve a ser letra impresa.

A principios de los noventa, Avilés comenzaba a vivir la más terrible de sus crisis económicas: la de la reconversión industrial. Los años de humo parecía que podían pasar a la historia. Y, pese a ello, la apuesta por la cultura salió redonda. Casi un año antes de aquel 14 de noviembre, el antiguo director de la casa de Cultura de Avilés, Antonio Ripoll, había llamado al director de escena Emilio Sagi para encargarle la reposición de la zarzuela más barroca de Francisco Bances Candamo, el mayor de los dramaturgos avilesinos o, al menos, el que más lejos llegó: a la cámara del rey Carlos II, que se dice pronto. Sagi dijo sí y luego dijeron también que sí los músicos de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y también Lukas Foss que se puso a su frente: música de Asturias sonó la noche en que la propia Asturias se hizo más grande.

Sagi, pues, fue el director de escena, la mezzosoprano Lola Casariego, la protagonista del primer espectáculo de esta nueva época y todos los avilesinos, los invitados de honor a un festejo imparable: la reapertura de un teatro, el inicio de un camino que ha colocado al escenario avilesino en la primera división nacional, en el corazón mismo de la Red Nacional de Teatros.

El triunfo, la fiesta, duró unos meses. La programación en el Palacio Valdés, decían los avilesinos de entonces, era pequeña (nunca ha bajado de las 40 representaciones anuales). Tras Bances Candamo, vino el "Teatro Negro de Praga", que era una compañía señera. Volvieron muchas veces. Con sombras representaron al Caballero de la Triste Figura. Tras los de Praga, la Compañía Asturiana de Comedias: con un texto del recientemente fallecido Arsenio González. El Palacio Valdés apostó también por el teatro hecho en Asturias y así se explica que "Teatro Margen" haya estrenado en Avilés espectáculos tan señeros como "Extraños idilios", de Tenessee Williams, o "La dama duende", de Calderón. Pero también "Hamlet", casi todas.

Los gestores del Palacio Valdés se han jactado de abrir las puertas del odeón a todo tipo de representaciones dramáticas: desde las escolares a las más internacionales. Desde funciones de bachilleres a la grandiosidad del "Richard III" de Sam Mendes y del ahora denostado Kevin Spacey, la primera coproducción del Niemeyer en artes escénicas, la primera colaboración entre la fundación del otro lado de la ría y el Ayuntamiento de Avilés: ya en 2011.

Antes de "Richard III", el Palacio Valdés acogió "The Tempest", con enormes actores de las dos orillas del océano Atlántico: Stephen Dillane o Thomas Sadoski, el primero pasó por "Juego de Tronos" y el segundo, por "The Newsroom". Toda la compañía disfrutó de las fiestas de San Agustín y vieron los fuegos artificiales desde la plaza de Carlos Lobo. Fue en 2010.

Los hitos actuales del Palacio Valdés fueron aplaudidos por toda la profesión teatral nacional: el teatro había alcanzado su razón de ser, convertirse en sede de la mayor parte de los estrenos nacionales del año. Sin ir más lejos, antes de anoche, "Tebas Land", de Sergio Blanco, con Israel Elejalde y Pablo Espinosa. Fue la época en que Juan José Afonso, el director de escena, salió con aquello de que Avilés era "estrenódromo nacional". Y no le faltaba razón: llegó a haber más de una decena en algún año.

Los veinticinco años que van desde que al imposible mayor le venció Amor al momento presente han dado para transformar una ciudad tocada por la reconversión industrial en una casi nueva: con turistas, empresas de alto nivel tecnológico... Y un teatro que se lanza de lleno al fiestón del siglo. Sólo faltan tres años. Avilés revalidará su capitalidad teatral.

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