La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El "gemelo" de Jesusín de Galiana

La iglesia de San Nicolás cuenta con una talla casi idéntica a la del venerado Nazareno apenas conocida por muchos avilesinos

Procesión de Jesusín de Galiana, tras salir de su capilla. RICARDO SOLÍS

La proverbial capacidad de Avilés para duplicar algunas de las mejores ideas que cuajan en su territorio, la mayoría de las veces con polémica, tiene un asombroso ejemplo en un campo tan sacro como el de la imaginería religiosa. Algunos iniciados en la materia lo saben, pero el común de los avilesinos ignora que el Cristo más venerado de la ciudad, Jesusín de Galiana, tiene un "gemelo". Comprobarlo es tan fácil como acercarse a la capilla de Galiana, su "casa" oficial, y ver la talla del Jesús nazareno para, a continuación, enfilar por la misma vía hacia abajo, entrar en la iglesia de San Nicolás de Bari y aproximarse a la capilla de la Purísima donde también está Jesusín. Mismo tamaño, mismo rictus de pesadumbre, misma túnica morada...

Ni milagro, ni misterio; sencillamente, un exceso de fervor religioso en tiempos de la posguerra y tres personas que tuvieron la misma idea: destruido el valioso Jesusín de Galiana original en el curso de los ataques a las iglesias y su contenido durante el conflicto bélico, el polifacético artista Enrique Santos, por una parte, y los hermanos Luis y Matilde García Fernández-Trapa, por otra, decidieron restituir la talla. En menos de una década, Avilés pasó a tener dos "jesusines".

Del trato que uno y otro recibieron durante los años posteriores a su fabricación procede decir solo que el manufacturado por Enrique Santos acabó desterrado en un desván y el que hizo por encargo el imaginero madrileño Luis Marco Pérez es el que hoy en día despierta la admiración de propios y extraños cuando sale en procesión durante la Semana Santa. Hay, por tanto, dos cristos gemelos, pero uno recoge los vítores de la calle y el otro lleva una vida mucho más "discreta".

Quienes tienen memoria histórica evocan la figura del difunto Enrique Santos -pintor, músico, escultor... un hombre de perfil renacentista- como la persona que, en 1939, y a partir de una vieja fotografía del Cristo quemado en una pira, da nuevamente vida a la imagen de Jesusín. Años después, se encargó otra talla del mismo Cristo al imaginero y escultor conquense con estudio en Madrid Luis Marco Pérez. La iniciativa partió de los hermanos Luis y Matilde García Fernández-Trapa, esta última esposa del entonces alcalde de Avilés, Román Suárez Puerta. La talla "madrileña" fue bendecida en abril de 1950, sacada en la procesión del Santo Encuentro de ese año y ubicada desde entonces en la capilla de Galiana a la que da nombre.

Se sabe con certeza que la cofradía de Jesusín de Galiana, desde su fundación, siempre sacó de procesión la talla de Marco Pérez, si bien quedan dudas de si acaso lo habría hecho la de Santos en la década que abarcan los años 1939 y 1949, un periodo en los que no existían las cofradías penitenciales al modo actual y los actos procesionales de la Semana Santa eran organizados por otras entidades afines a la Iglesia.

Eclipsado por la fama de su gemelo madrileño, el Jesusín de Galiana del avilesino Enrique Santos fue desplazado del culto y acabó arrinconado bajo el polvo en un desván de la iglesia de San Nicolás de Bari, que fue donde lo halló al poco de llegar destinado a la ciudad Ángel Garralda, actual párroco emérito de la iglesia de la Villa tras medio siglo de servicio a la misma.

Garralda se presentó un buen día en casa de Santos y le pidió que adecentase "su" Cristo para darle un lugar honorable en la iglesia de San Nicolás. Además de trabar amistad para el resto de sus vidas, ambos cumplieron: el artista devolvió la lozanía a su talla y el cura la puso en la capilla situada a la derecha del altar mayor. Donde sigue, excepto estos días en los que se celebra la novena de Jesusín. Durante nueve días, la talla de Santos "emigra" a la sacristía y cede su trono al Jesusín de Marco Pérez, su "gemelo".

Más de un beato ve en este trajín de imágenes una buena lección cristiana sobre la virtud de la humildad. Otras personas han llegado a sugerir la restitución del Jesusín avilesino a la condición de titular de la capilla de Galiana, pero nunca ha prosperado tal propósito y la cofradía ni se plantea el asunto. Desde el punto de vista artístico no constan análisis que pongan una talla por encima de la otra. Lo que está fuera de duda es la calidad de la talla que en pocos días recorrerá la calles de Avilés como escenificación del calvario de Cristo camino de la Cruz; una talla con tal grado de realismo que acuñó una conocida y muy celebrada leyenda: "Cuentan de la talla de Jesusín que el Señor le preguntó al imaginero: '¿Dónde tú me viste que tan bien me hiciste?'".

Compartir el artículo

stats