Campomanes (Lena),

C. M. BASTEIRO

Una sextaferia a juicio. La Consejería de Cultura, Educación y Deportes está investigando una serie de reparaciones que ejecutaron los vecinos de la localidad de Puente de los Fierros, en la iglesia parroquial de San Martín, protegida dentro de la figura de «conjunto histórico» del pueblo. Las pesquisas del Principado se iniciaron por la denuncia de una vecina que no participó en la «sextaferia», respaldada por el párroco de Campomanes, José Antonio López. La Consejería de Cultura, según aseguró ayer el sacerdote, ha remitido un escrito al Ayuntamiento en el que cuestiona si los trabajos han afectado al histórico inmueble.

El párroco ha sido el primero en defender la legalidad de la actuación vecinal. En primer lugar, López asegura que «no se trata de una obra, si no de un adecentamiento para evitar que el edificio se venga abajo». El párroco relata que le encomendaron la iglesia hace dos años y el templo «presentaba un estado de total abandono». López se encontró tres ratones muertos dentro de la iglesia y «un vertedero» en el entorno, además de «montones de hierba apilados en las instalaciones». La gota que colmó el vaso para los vecinos llegó durante el lluvioso día de Todos los Santos: «Caía más agua dentro de la iglesia que fuera».

José Antonio López decidió entonces echar una mano a los vecinos y tomar cartas en el asunto. «Hicimos una lotería para sacar fondos y empezamos a reparar», explicó el sacerdote. Los vecinos también recibieron una «pequeña pero valiosa» aportación del Arzobispado. Según su versión, consiguieron un permiso verbal del Ayuntamiento de Lena y comenzaron una «adecuación» del templo. «No es una obra, como denuncian, si no una limpieza y un adecentamiento provisional para asegurar el mantenimiento del templo», reitera López.

Los vecinos «adecentaron» el tejado y limpiaron el entorno, además de tapar unas «pintadas ofensivas hacia la Iglesia» que se podían leer en las columnas del pórtico del templo, pintándolas para igualar el color con el de la puerta de entrada. También colocaron un tablero «provisional» sobre la entrada, «ya que las tablas estaban en su mayoría en mal estado, cayendo residuos encima de la gente». Los trabajos se completaron con la instalación de un canalón de PVC «provisionalmente» para recoger las aguas pluviales y el párroco cambió la cerradura de la puerta, al advertir «que faltaban algunas cosas: la custodia y el cáliz, entre otros objetos. Solo tengo un copón que, sin ofender a nadie, parece comprado en los chinos».

Estos hechos, a juicio del párroco, son los que requieren «una investigación de la Guardia Civil». José Antonio López aseguró ayer que no quiere entrar en polémica con la vecina que ha denunciado las obras, ya que «ni siquiera vive de continuo en el pueblo», pero ya que Cultura ha cuestionado los trabajos, también quiere que indaguen sobre el estado en el que se encuentra el entorno de la iglesia. «Hay una cochera de nueva construcción justo al lado del templo, algo que sí afecta al conjunto histórico», señala el sacerdote. Además, asegura que la demandante está «ocupando terreno público» y ha puesto un cierre que afecta al templo e, «impide que podamos salir en procesión».

José Antonio López defiende a capa y espada la actuación de los vecinos que «ayudaron a que el templo de la localidad siguiera acogiendo oficios y no se cayera». Además, según el escrito que ha remitido a Cultura, tenían previsto solicitar las licencias oportunas para acometer una actuación más ambiciosa. «Los vecinos ya han pedido perdón por los trabajos, pues pensaban que era lo mejor que podían hacer, ante el ruinoso estado de tal iglesia», aseguró López. También se sienten, según el sacerdote, «tristes porque no entienden a qué viene la denuncia de esta señora».