Tribuna

Ujo, puerta de cultura

Sobre la conservación y protección de la iglesia de Santa Eulalia

Ujo, puerta de cultura

Aunque no es pacífica la interpretación de la denominación toponímica, si resulta mayoritaria aquella que entiende que Ujo deriva del bajo latín Ustium, entrada o puerta pequeña que daba acceso a la Vega de Mieres, parte de lo que en otro tiempo se denominó la Dehesa de Valgrande que se extendía desde Arbás del Puerto hasta el Padrún.

Ujo, a mitad de camino entre Lena, Mieres y Moreda de Aller, es cruce de caminos donde convergen las distintas bifurcaciones de la ruta de la Carisa. Camino de origen prehistórico que entre los años 16 a 14 A.C fue mejorado por el general romano Publio Carisio para la entrada en Asturias de la Legio VII Gémina. Allí se asentaron los romanos y testigos de ello son las Aras Votivas de Lucio Corona al dios astur Nimedo Seddiago , la estela funeraria de Cayo Sulpicio Ursulo centurión de la Legio I Minerva Pia Fidelis, de cohors XII Urbana, cuya misión era la vigilancia y cuidado de la defensa de Roma, igual cargo de la cohors IV Praetoria, portador del águila legionaria de la Legio XVIII, de esta pasa a la Legio III Augusta, ascendiendo a praefectus, equivalente a general.

En Ujo también hubo lugar para el Prerrománico y así lo atestigua la "lauda del párvulo Velasco" fechada hacia el año 921, que se conserva en el interior del actual templo parroquial y con anterioridad, también lo hace un acta de donación del año 860 por el que Ordoño I dona al primer Obispo de León, Fromino, la Iglesia de Santa Eulalia de Ujo "con todos sus ornamentos, libros viñas, pomares, bienes y tierras".

El Camino de Santiago al que Ujo está tan unido va a traer consigo nuevos aportes culturales: el arte románico. Así ente los siglos XII y XIII el antiguo y pequeño templo prerrománico deja paso al templo románico de Santa Eulalia de Ujo, templo que por las exigencias del progreso, porque los dueños de los terrenos de Ujo tampoco quisieron que el ferrocarril pasase por los terrenos más próximos al río Caudal y porque primaron los intereses económicos de la Sociedad Hullera Española que en 1922 impidieron su catalogación como Monumento Nacional, obligando a las remodelación de viejo templo, reorientándolo en sentido Norte- Sur, en lugar de Oeste- Este, ya que como todo templo antiguo se orientaba hacia el Este, hacia Jerusalén.

Tres meses más tarde, finalizadas las obras de remodelación gracias a las aportaciones de Obispado de Oviedo, a las limosnas procedentes de los vecinos de Ujo, así como las obtenidas por el entonces párroco de Ujo, don Francisco Martínez Álvarez, que recorrió las principales villas de Asturias con ese fin, y a la mano de obra de la Sociedad Hullera Española, una Real Orden de 23 de julio de 1923 del Rey Alfonso XIII declaraba el templo de Ujo como Monumento Nacional Histórico-Artístico.

Don Luis Cuervo Luengo, actual cura párroco de Santa Eulalia de Ujo, nos recuerda en sus escritos muchos de estos episodios, y como ya Magín Berenguer en su libro "Rutas de Asturias", después de analizar las iglesias románicas señala, refiriéndose a la iglesia de Ujo, que ésta ha influido como obra maestra sobre otras construcciones provinciales, pudiéndose afirmar que es la primera iglesia románica en Asturias.

Todo ello nos debe hacer reflexionar a cerca de la necesidad de conservar y proteger nuestro patrimonio, no permitiendo su deterioro de forma gratuita. Un monumento con más de 900 años de historia no puede ser ni una portería de fútbol ni un velódromo improvisado. Es una cuestión de educación y de respeto. También es cierto que necesita protección respecto de las humedades vibraciones y ruidos generados por el paso del ferrocarril, por la presión que este realiza sobre el contrafuerte de la iglesia. Se han ido haciendo tantos rellenos que en 1960 el nivel estaba por debajo del piso de la Iglesia y en la actualidad se encuentra dos metros por encima. De ahí también la necesidad de que Adif contribuya con su parte a preservar este templo parroquial, que por su carácter único en el concejo de Mieres, requiere la concienciación de todos en su preservación.

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