Casi medio centenar de familias aspiran a poder residir en uno de los pisos construidos en las instalaciones de las antiguas escuelas de Ablaña. En concreto son 42 las solicitudes que ha recibido el Ayuntamiento de Mieres para la cesión de una de las seis viviendas habilitadas en el viejo inmueble escolar. El gobierno local explicó ayer que toda la documentación ya ha sido trasladada al Principado para su análisis. En breve la administración regional procederá al sorteo de los pisos entre los aspirantes que finalmente cumplan los requisitos establecidos.

La convocatoria para optar a una de las seis viviendas públicas ubicadas en Ablaña estuvo abierta entre julio y agosto. Tras la finalización del proceso para la solicitud, está ahora en marcha la tramitación para la adjudicación de estas casas, cuyo precio de alquiler se adaptará a las circunstancias económicas de las familias que finalmente las ocupen. Hay unos límites establecidos en función del tamaño de los inmuebles y de la situación económica de las familias demandantes. En todo caso, este precio de alquiler de las viviendas no podrá superar los 173,22 euros mensuales para los pisos más pequeños, ni los 211,88 euros para los más grandes, tal y como se especifica en la convocatoria publicada por el Gobierno regional. Cuatro de esas viviendas de alquiler son de dos dormitorios y los otras dos de uno.

Todos los aspirantes han tenido que acreditar que no tienen otra vivienda en propiedad. También es imprescindible tener permiso de residencia y haber vivido ininterrumpidamente, o haber trabajado en el concejo de Mieres, durante los dos últimos años. También se requería estar empadronado en el municipio a fecha de la solicitud.

El proyecto de recuperación de las antiguas escuelas de Ablaña fue adjudicado hace casi cuatro años, en enero de 2012, junto con la paralizada construcción del parking subterráneo de Oñón, que se enmarcaba en la línea de ayudas de fondos mineros. Los trabajos fueron ejecutados por El Corte Inglés con un presupuesto de 233.595 euros. En agosto de 2012 la actuación estaba ya concluida. A partir de ese momento surgieron problemas que han retrasado la ocupación de los pisos. El contratiempo se centraba en la propiedad de los terrenos. Lo que debería haber sido un trámite, con la presentación de un expediente de dominio ante el Registro de la Propiedad, se convirtió en un gran obstáculo. Y es que, según las fuentes municipales consultadas, los servicios técnicos de la casa pusieron muchas trabas a las propuestas planteadas por el gobierno local. Finalmente, tras casi dos años de espera, el inmueble pudo ser puesto a disposición del Principado para su ocupación.